Los "supervivientes" del Mercado de Abastos de Toro

Cuatro comerciantes mantienen la actividad del recinto, en el que 30 puestos permanecen cerrados por la falta de relevo y la competencia de las grandes superficies

Edificio que alberga el Mercado de Abastos de Toro, construido en el año 1900. | M. J. C.

Edificio que alberga el Mercado de Abastos de Toro, construido en el año 1900. | M. J. C.

Construido en el año 1900, el Mercado de Abastos es uno de los muchos edificios catalogados que se conservan en Toro y, hasta hace poco tiempo, era el epicentro de la actividad comercial de la ciudad y de la comarca.

La expansión de las grandes superficies comerciales y su amplitud de horario suponen una amenaza para la continuidad del Mercado de Abastos en el que, de los 34 puestos disponibles, tan solo tres, una carnicería, una pescadería y uno dedicado a la venta de plantas y flores, atienden a los clientes de forma permanente de martes a sábado, mientras que un cuarto abre la trapa los viernes y sábados.

"Si nos quedamos sin Mercado de Abastos se pierde un atractivo de Toro", lamenta uno de los comerciantes, Eduardo Sánchez, que detrás del mostrador de su puesto de venta de carnes y embutidos atiende a sus clientes, a los que "estamos muy agradecidos", por su confianza y fidelidad.

Para el experto comerciante, el progresivo cierre de puestos de venta del Mercado de Abastos responde a que las personas que los atendían se han jubilado y no existe relevo generacional o "han tenido que buscar otra salida".

Puestos cerrados en uno de los pasillos del recinto comercial

Puestos cerrados en uno de los pasillos del recinto comercial / M. J. C.

Los profesionales que se mantienen en el recinto tienen claro que "no podemos marchamos" porque, tras muchos años de entrega, "nos queda poca vida laboral", lo que supone una barrera para embarcarse en nuevos proyectos a corto plazo.

Sánchez es partidario de reactivar un recinto repleto de historias y vivencias que, en la actualidad, concentra su actividad los viernes y, especialmente los sábados, ya que en su entorno se celebra el "mercadillo" semanal.

En este punto, recordó que el anterior equipo de Gobierno en el Ayuntamiento llegó a ofertar la explotación de los puestos libres con un reducido canon de alquiler y, aunque algunas personas se interesaron por la iniciativa, finalmente no cuajó y ninguno de los puntos de venta reabrió sus puertas.

Sánchez es partidario de ofrecer "facilidades" y ayudas, especialmente a los jóvenes que quieren quedarse en Toro, para que valoren la posibilidad de emprender y poner en marcha un negocio en el Mercado de Abastos. "Hacen falta ganas e ilusión", apuntó el comerciante, para reactivar un recinto en el que se podrían celebrar diferentes eventos y ofrecer a los clientes otros "atractivos" que complementen las compras.

En este punto, lanzó la idea de que las bodegas de Toro expongan sus vinos, organicen catas o vendan sus productos en los puestos vacíos del edificio, actividad que podría atraer a toresanos y turistas. Y es que, en la actualidad, numerosos Mercados de Abastos se están adaptando con un "enfoque turístico", tendencia a la que podría sumar el de Toro por ser un edificio emblemático y situado en una céntrica plaza de la ciudad.

Reconocieron los comerciantes que el Mercado de Abastos precisa una reforma en la fachada, que "no se toca desde hace unos 35 años", una obra que "no tiene que ser faraónica", pero que ayudaría a mejorar la imagen de un edificio construido hace 124 años.

La principal baza de los comerciantes que sobreviven en los puntos de venta es la calidad de sus productos y la "confianza" con sus clientes, a los que aconsejan y con los que mantienen una relación cercana. Otro aliciente es la ubicación del recinto, "en el centro del pueblo", en cuyo entorno existen plazas de aparcamiento de vehículos, lo que facilita las compras.

Eduardo Sánchez se dispone a preparar un pedido para una clienta

Eduardo Sánchez se dispone a preparar un pedido para una clienta / M. J. C.

En el lado opuesto se sitúa la proliferación y competencia que representan las grandes superficies y que, en la actualidad, "la gente tiene otros horarios", con los que los comerciantes del Mercado de Abastos "no podemos competir".

Otra desventaja es que, en la actualidad, la oferta de productos es limitada por el cierre de puestos, cuando hasta hace pocos años los clientes podían adquirir un amplio "surtido" de alimentos e incluso podían disfrutar del bar que "funcionaba muy bien" en el interior del recinto.

Como reconocen los comerciantes, hasta hace unos años no solo para los toresanos el Mercado de Abastos era su referente, ya que muchos vecinos de los pueblos del alfoz se desplazaban al recinto para realizar sus compras, tendencia que ha cambiado, porque "ahora se vive de otra manera" y porque las grandes superficies comerciales y las ventas online han ganado terreno al modelo de comercio tradicional.

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