Opinión | Buena jera

Lo que nos faltaba

Estamos como estamos, mal, pero algunos en León quieren que nos dividamos más

Manifestación por la autonomía de la Región Leonesa.

Manifestación por la autonomía de la Región Leonesa.

Hace ya muchos años, tuve, en el bar de las Cortes regionales, una distendida charla con uno de los procuradores de los dos con que contaba la Unión del Pueblo Leonés (UPL). Él estaba convencido de que, en poco tiempo, se produciría la separación de León de la autonomía y de que su grupo tendría mayoría. (Ahora, lustros después tiene un representante más, solo uno). Recuerdo que, medio en broma, medio en serio, le comenté:

–Me afilio a tu partido si eres capaz de decirme alguna diferencia entre Villalpando (Zamora), Sahagún (León), Villada (Palencia) y Villalón (Valladolid). Las dos primeras entrarían en el Reino de León y las otras dos se quedarían en Castilla a secas. ¿Tenéis pensado qué vais a hacer con Tierra de Campos?

–Eso es un poco demagógico, me respondió.

–Más o menos como muchos de los argumentos que estáis usando para tratar de convencer a los leoneses.

También, dentro de ese clima amigable, le pregunté que dónde iban a tirar la frontera entre el Campo de Peñaranda (Salamanca) y La Moraña (Ávila) o entre Bóveda de Toro (Zamora) y Castronuño (Valladolid), localidades distantes unos 14 kilómetros. El procurador de la UPL sonreía, pero no entró al trapo. Donde sí entró poco después fue en las filas del PP con cargo incluido. Su compañera de partido siguió el mismo camino. Después el jefe de filas del leonesismo en las Cortes fue el estrambótico José María Rodríguez de Francisco, conocido en su tierra como "Pelines", al que descabalgaron muy pronto los suyos. De él solo se recuerdan algunos numeritos y salidas de tono. ¡Ah, y su odio, visceral, irracional, a Valladolid!

Con León solo también habría desaparecido la minería, como ha sucedido en Palencia o Teruel. Con León solo no se habrían salvado ni el campo ni los pueblos. El problema es más grave y profundo

Podría contar muchas más cosas de aquellos años "gloriosos", como las andanzas del ex alcalde leonés Juan Morano Masa, que llegó a agredir a Jaime González, por entonces consejero de Agricultura (y más tarde vicepresidente) en el Gobierno de Demetrio Madrid. Y es que los episodios del leonesismo dan para mucho. Por eso no me ha extrañado en exceso lo de ahora: la aprobación en la Diputación, regida por el socialista Gerardo Álvarez, de una moción, presentada por la UPL y apoyada por el PSOE, para separar León de Castilla y León. ¿Qué León? Se lo están pensando. Unos dicen que solo la actual provincia (veremos qué hacen con Tierra de Campos); otros que con Zamora y Salamanca e, incluso, el alcalde de la capital, José Antonio Díez, parece abogar por la unión con Asturias alegando razones históricas. ¡Ole, ole y ole! O sea, don José Antonio, que hay nexos históricos con Asturias, pero no con Castilla a la que León lleva unida desde los tiempos de Fernando III el Santo, en el siglo XIII. Pero, claro, parece que vale todo, especialmente si los supuestos argumentos son muy demagógicos y únicamente se cuenta lo que se quiere y lo que se quiere manipular.

El declive de León no es achacable a la actual autonomía, sino a otros factores. Con León solo también habría desaparecido la minería, como ha sucedido en Palencia o Teruel. Con León solo no se habrían salvado ni el campo ni los pueblos. El problema es más grave y profundo. En algo sí tienen razón los del Lexit: tanto la Junta, desde el 87 para acá, como el Gobierno central han hecho muy poco o nada por frenar ese deterioro. Pero la situación de León es muy similar, mala, a la de Soria, Zamora, Salamanca, Palencia, Segovia, Ávila, comarcas de Valladolid (Tierra de Campos, Torozos) y Burgos (Merindades, Sierra de la Demanda, Salas de los Infantes)… ¿Pedirán también estas zonas separarse y a ver qué pasa?

Cuando comenzaba el proceso autonómico, le oí a uno de los hombres que más ha querido y pensado en esta tierra nuestra, Julio Valdeón Baruque, una reflexión que sigue vigente: "Si yendo juntos, el futuro es muy oscuro, no te digo nada si nos separamos y cada cual tira para un lado". Pues, eso.

(Otro día hablaremos de los cambios de postura en PSOE, PP, de Óscar Puente y de las presiones, estilo "pròces", que sufren en León los que no apoyan la separación. Te llaman de "mal leonés" para arriba. Muy democrático)

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