Opinión | El espejo de tinta

Un rey para una nación

Es evidente que para el gobierno y sus brazos institucionales y mediáticos es una figura incómoda

El rey Felipe VI y la princesa Leonor durante los actos del X aniversario del reinado.

El rey Felipe VI y la princesa Leonor durante los actos del X aniversario del reinado. / José Luis Roca

Felipe VI es un rey ejemplar. Muy por encima del nivel que España demuestra en ocasiones pero a la altura de una nación con una historia y unos logros de los que deberíamos sentirnos orgullosos aunque esté de moda postular lo contrario.

Un rey del siglo XXI que de Borbón tiene solo el apellido. Un rey que respeta el mandato constitucional con escrupuloso comportamiento pero que no por ello no actúa cuando debe hacerlo. Por todo eso y otras cosas más fruto del sectarismo de algunos y de la estupidez de otros, cuando se cumplen diez años de su reinado y más necesitamos del equilibrio y referente institucional que aporta, es cuando más en cuestión se pone su figura desde distintos flancos.

Es evidente que para el gobierno y sus brazos institucionales y mediáticos es una figura incómoda en unos momentos en los que la prioridad es forzar las costuras del ropaje constitucional para cambiar el traje sin necesidad de desvestirse y volver a vestirse, es decir, sin que se les vean las vergüenzas. Cambiar la Constitución sin tener que seguir el procedimiento legal establecido, porque eso desvelaría que la mayoría de los españoles no estamos por el establecimiento de una pseudodemocracia en la que todos los poderes del Estado queden supeditados al poder ejecutivo y la nación doblegada a un caudillo.

La izquierda extrema ha colonizado los territorios de todas las izquierdas que se expresan públicamente y acabado con la socialdemocracia moderada. Para ellos, por cuestión ideológica, el rey es un estorbo en el mejor de los casos y un candidato a la guillotina en el de los más ardorosos. En la derecha extrema, tontos hay en todos los sitios, se levantan organizadamente voces que cargan contra el rey por no saltarse la ley y dar un golpe de Estado para parar el golpe de Estado.

Es importante que quienes profesamos la fe en la Constitución y la libertad expresemos que estamos con Felipe VI y deseamos que a estos diez años de reinado los sucedan otros diez, en paz, libertad y acatamiento de las normas. Así que: ¡Viva el Rey de España!

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