Opinión | El espejo de tinta

"Free Bego"

Hay a quien un contratiempo lo derrota y hay quienes son capaces de darle la vuelta y subir la apuesta

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a su esposa, Begoña Gómez, en un mitin del PSOE en Benalmádena (Málaga)

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a su esposa, Begoña Gómez, en un mitin del PSOE en Benalmádena (Málaga) / EUROPA PRESS/ ALEX ZEA

Hay a quien un contratiempo lo derrota y hay quienes son capaces de darle la vuelta y subir la apuesta. Cuando se trata de cuestiones que solo afectan a quien actúa, esta última suele ser la mejor de las opciones. No rendirse, no dejarse abatir y tomar nueva fuerza para enfrentarse a las dificultades a la espera de derrotarlas o de un cambio de viento más favorable con el que hinchar las velas y salir navegando hacia aguas más calmadas y propicias. Esa actitud es virtuosa, siempre que no se despeguen los pies del suelo o se caiga en la locura de obviar la realidad como si no existiera.

Sin embargo, cuando se trata de cuestiones en las que se implica a muchos otros y negando la evidencia se responde con sobreactuación, alharacas y grandes aspavientos, ya no estamos ante una virtud sino ante una farsa, una escenificación interesada para engañar a los más cercanos que son, precisamente, los que más fácilmente pueden dejarse llevar al ridículo por el artificio y la comedia.

Cuando se conoce algo tan atípico como que un juez ha abierto diligencias de investigación por presuntos delitos contra la esposa del presidente del Gobierno un mes más tarde de que aquella y éste lo supieran. Cuando se anuncia que la misma determinación acaba de tomar la Fiscalía europea por la posible comisión de tres delitos de alcance público. O cuando hay otra amplia serie indicios de actuaciones como mínimo ética y estéticamente reprobables de la misma persona y en vez de actuar en el mismo plano jurídico aportando las pruebas y desmontando las contrarias con hechos y argumentos, se hacen aquelarres contra quienes investigan, denuncian o instruyen los procedimientos legales y se convierten los mítines en espectáculos de ensalzamiento -por ser vos quién sois- de la investigada, no hay virtud sino obscenidad. Y esto no se cura repartiendo pulseras con el lema "Free Bego" sin explicarnos si lo que se quiere es que la nominada Begoña Gómez esté libre de pecado o que sean cuales sean sus delitos haya inmunidad e impunidad total para ella: Porque sí.

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