Raigambre

El arquitecto Segundo Viloria Escarda (I)

Fue uno de los precursores del empleo visible del hierro como elemento estructural, conjugándolo con maestría con el ladrillo descubierto

Intervino en varias iglesias y diseñó numerosas escuelas en la Zamora rural

El Mercado de Abastos de Zamora, a finales del siglo XX.

El Mercado de Abastos de Zamora, a finales del siglo XX. / Alberto Ferreras

Mariano Cano Gordo (*)

Hijo de industrial chocolatero, nació en 1855 en la desaparecida calle de la Cárcel Vieja de Benavente. En 1877 terminó su formación en la madrileña Escuela de Arquitectura, recibiendo la titulación por la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Fue arquitecto municipal, diocesano y el primero titulado de la Diputación Provincial de Zamora.

Acometió varias propuestas en edificios religiosos zamoranos. En 1880 se sirvió del ladrillo para el proyecto de reforma de la torre de la iglesia renacentista de Santa María de los Caballeros en Fuentelapeña, el mayor templo religioso zamorano tras la catedral.

En 1887 diseñó la escalinata en ángulo recto de la Puerta del Obispo de la seo zamorana, la única portada antigua conservada en su integridad. En la misma década se le encargó a Viloria el proyecto de ampliación de la iglesia de San Lázaro, proyecto que no cuajó por falta de recursos económicos.

El arquitecto Segundo Viloria Escarda (I)

Escalinata de la Puerta del Obispo de la Catedral de Zamora. / C. M. F.

En la torre del templo parroquial de Carbajales de Alba (1897) conjugó ladrillo, piedra y pizarra en la cubierta, alojando el reloj de la villa bajo un campanil metálico coronado por una cruz.

También diseñó una capilla neo-románica en el camposanto de Villalpando, con interior renacentista.

En la necrópolis zamorana de San Atilano proyectó dos panteones: el de Paula Cancedo (1917), con planta de cruz griega, y el de Gabino Bobo (1918), para el que concibió un mausoleo de corte neo-románico.

El arquitecto Segundo Viloria Escarda (I)

Panteón para Gabino Bobo en el cementerio de San Atilano (Zamora), obra de Segundo Viloria. / C. M. F.

En enero de 1869 se publicó un Real Decreto que daba pautas para la construcción de escuelas públicas de enseñanza primaria a nivel nacional, complementado con otro de 1883 que incluía subvenciones para la construcción de centros escolares, permitiendo que la vivienda del maestro estuviera en el mismo edificio.

Villamayor de Campos se benefició con la edificación de una escuela de estilo neo-renacentista a dos alturas, diseño que corrió a cargo de Viloria. La parte inferior de los muros de ladrillo se construyó con basamento de sillería. La fachada principal del inmueble, en chaflán, se reviste casi toda ella de piedra, rematándose con un frontón en el que se encaja un reloj. Su interior alberga el Club del Jubilado.

Fue pionero en el empleo del hierro como componente fundamental en las estructuras visibles de los edificios, como demostró en las Escuelas de La Encomienda de Benavente donde, a pesar de ser un material caro para la época, proyectó la viguería de los forjados con perfiles laminados de hierro, consiguiendo una gran luminosidad de las clases al lograr una distancia diáfana de nueve metros entre los apoyos de las vigas, que debían soportar el peso de las viviendas abalconadas de los profesores, dispuestas encima. Situado justo detrás del edificio del ayuntamiento actual, este inmueble se diseñó en 1894, pero no fue hasta comienzos del siglo siguiente cuando se construyó en forma de T a dos alturas, con pilares estructurales en la fachada y muros de ladrillo visto al exterior.

El arquitecto Segundo Viloria Escarda (I)

La rejería de hierro y el ladrillo fueron señas de identidad de Viloria. / C. M. F.

El acceso se realiza por el cuerpo central del edificio, que en su parte superior tiene una lápida con la inscripción “Escuelas de Niños” y sobre la misma un escudo que perdió su corona monárquica durante la Segunda República. El paramento superior central se adorna con hileras de ladrillos con forma de aspas y arcos festonados. Los pilares de la fachada son estructurales. Los ventanales de las aulas, de cuatro módulos, permitían la ventilación interior. Hoy alberga la Casa de la Cultura de la localidad.

El 28 de abril de 1905 se promulgó un Real Decreto dictando instrucciones técnico-higiénicas y estableciendo subvenciones para la construcción de escuelas de primera enseñanza en la provincia zamorana. Al mismo se acogió La Hiniesta, adquiriendo el solar en 1910, finalizándose en 1916 el edificio de única planta en forma de T. Los dinteles de las puertas de entrada son de piedra. El remate superior en piedra del frontón del cuerpo central de la fachada principal alberga un escudo nacional. Grandes ventanales de arco rebajado se abren en los muros de ladrillo con basamento de sillería. La parte inferior de las puertas de hierro de la verja exterior se engalana con motivos concéntricos.

Viloria también realizó un diseño para las escuelas de Alcañices, que no pasó de boceto ya que en 1909 fue Ferriol el que construyó el inmueble.

El 8 de agosto de 1879 se produjo un incendio en una droguería de la Plaza Mayor de Zamora que arrasó cinco viviendas, afectando además a otras tres de la calle Renova. En el solar destruido se construyeron tres edificaciones, para las que Viloria proyectó en 1882 seis arcadas clasicistas de medio punto en los soportales, dos por inmueble.

El arquitecto Segundo Viloria Escarda (I)

Soportales de la Plaza Mayor proyectados por Segundo Viloria. / C. M. F.

En 1885 diseñó la red de saneamiento y alcantarillado de la capital zamorana, utilizando atarjeas de ladrillo con bóveda de piedra, y en 1900 proyectó la de Benavente.

Planificó el alumbrado público de la capital en 1897, impulsando la compañía zamorana de telefonía local que en 1906 estableció conexión con Madrid.

El legado en Benavente

En Benavente construyó en 1894 para el político hacendado José Rodríguez Rodríguez, oriundo de Villardeciervos, la llamada “Casa del Cervato”, residencia de tres alturas con estancias independientes para que los hijos gozaran de autonomía. Además, el inmueble servía para atender las tareas agrícola-ganaderas de la hacienda, contando con dependencias para empleados, despachos, almacenes y cuadras.

El ladrillo visto se combina con la piedra en la parte superior de los vanos de la fachada principal. Un par de miradores prefabricados de hierro flanquean en la planta noble un balcón corrido de rejería artesanal con motivos geométricos. Las fachadas y algunas rejerías interiores es lo único que se mantiene del inmueble primitivo. Tras varias reformas, actualmente acoge oficinas municipales.

Viloria construyó enfermerías en 1894 y 1895 en la parte trasera del hospital benaventano de la Piedad, para el que proyectó en 1911 una fachada con la que la Condesa de Benavente quiso recordar el cuarto centenario de la fundación del sanatorio.

En 1903 sobrevino un incendio en los inmuebles de la manzana situada entre las calles Rúa y Ronda del Progreso de su localidad natal. La homogeneidad y alineación de los inmuebles reconstruidos se debe a Viloria.

Algunas edificaciones benaventanas del arquitecto no han perdurado, caso del Café del Conde y la Casa del doctor Bobillo (1902), ambas en ladrillo visto.

Pablo Cuesta comenzó en 1867 el proyecto del Palacio Provincial (antigua Diputación), pero fue Segundo Viloria el que concluyó la obra de estilo neo-renacentista años más tarde, ocupándose, entre otros cometidos, de la ornamentación de la fachada exterior y de la escalinata que conduce a la primera planta.

Sillares de piedra arenisca se asientan sobre un zócalo granítico. Un par de ventanas adinteladas flanquean a cada lado la vistosa portada de arco de medio punto decorada con dos medallones con bustos por el escultor Eduardo Barrón. Un balcón corrido de piedra antecede a los tres vanos centrales del piso superior. En medio de la cornisa, un escudo de la localidad corona el edificio.

(*) Colectivo Ciudadanos Región Leonesa

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