Raigambre

El arquitecto Segundo Viloria Escarda (II)

Su obra cumbre fue el Mercado de Abastos, diseñado en 1902 e inaugurado en 1904 gracias a que los vecinos costearon su construcción

Mercado de Abastos de Zamora

Mercado de Abastos de Zamora

Mariano Cano Gordo (*)

A caballo entre los siglos XIX y XX, el eclecticismo, tendencia arquitectónica que compaginaba elementos de diferentes estilos, cambió sustancialmente la fisonomía de Zamora, preconizando el empleo de nuevos materiales como el ladrillo y el hierro, profusamente utilizados por Viloria.

En las fachadas se utilizaron dos ladrillos distintos. El “ordinario”, más económico, ideal para los muros de las construcciones fabriles, procedía de las abundantes tejeras artesanales familiares existentes alrededor de la ciudad.

Tras instalarse la Tejera de San Antonio en El Perdigón (1900), se empezó a emplear el “prensado o fino”, fabricado en prensa con arcillas de mejor calidad. Más resistente a la acción de los elementos atmosféricos, se prefirió para las fachadas de los edificios.

El progreso arquitectónico industrial zamorano lo encarnó la burguesía harinera. En Benavente, el senador Felipe González Gómez, dueño de la fábrica de harinas “La Sorribas”, le encargó en 1903 la construcción de su casa, erigida al año siguiente con perfiles laminados en las viguetas de los forjados. Los muros exteriores de la fachada se levantaron en ladrillo fino visto de Benavente, utilizado también como elemento ornamental.

El acopio decorativo de la portada preludia la magnificencia del interior. Del edificio destaca su primera planta, con temas florales y geométricos en las pinturas del techo de los salones junto con exquisitos trabajos de rejería, vidriería y azulejería. A ella se asciende mediante refinada escalinata, bello modelo artesanal de forja y rejería que conduce a una portada en madera noble de corte modernista, rodeada de un par de vidrieras enrejadas con flores rojas.

Llamada “Casa de Solita”, fue donada en 1992 en testamento a Benavente por su dueña, Soledad González, para destinarlo a proyectos culturales o religiosos. Rehabilitada, se convirtió en centro cultural que acoge la Biblioteca Pública Municipal.

Tras el derribo (1882) de la antigua Casa de los Mazariegos, el diputado Felipe Rodríguez Rodríguez adquirió el solar entre la calle Viriato y la plaza de Sagasta, diseñando Viloria su residencia en estilo ecléctico clasicista. Destacan el mirador de madera acristalado de la esquina de las tres plantas superiores, los dinteles floridos de los balcones sustentados por ménsulas y protegidos por guardapolvos, y la rejería de sus barandillas.

Colindando con ella, Viloria proyectó la Casa de Nicanor Prieto, de precioso mirador de forja con arcos de herradura y lobulados, ya desaparecido.

En la casa de José Prieto (1884) diseñó miradores prefabricados de hierro, reemplazados posteriormente por unos de madera. Su fachada conjuga elementos neoclásicos con otros renacentistas y figurativos.

Construyó la casa de Bernardo Ballesteros (1889) con ladrillo visto ordinario y adornos de estilo neo-mudéjar, como la Casa de José Cid (1902) en la calle San Torcuato, siendo aquí el ladrillo prensado el utilizado para conseguir una lograda ornamentación de los muros, con profusión de motivos en las barandillas de los balcones y mirador en un lateral.

1.- Fachada principal de la Casa de Gabino Bobo.
2.- El Mercado de Abastos zamorano fue la obra cumbre del arquitecto. 
3.- Escalinata de la Casa de Gabino Bobo, actualmente Hotel Alda Mercado de Zamora. 
4.- En la Casa de José Cid utilizó el ladrillo prensado.
 | Cristina Manías Fraile

Casa de José Cid, uso de ladrillo prensado. / C. M. F.

En 1893 utilizó pilares de hierro en la estructura para sustentar la galería del jardín de la Casa de Tomasa García de Bujanda y Espada, en la calle Damas, solar ocupado ahora por un centro escolar.

Frente al templo de San Juan de Puerta Nueva diseñó la Casa de Matilde Merchán (1894), de ladrillo visto ordinario con aparejo a tizón en los muros, junto a sillería en zócalos, jambas y dinteles de los huecos abiertos al exterior. En la parte superior de la balconada se exhiben grifos tallados con la inicial de la propietaria.

En la zamorana calle de Benavente proyectó la residencia de Ambrosio Bobo (1898). Se construyó con viguetas de hierro laminado en doble T en la planta baja, siendo de madera en las dos superiores. En sus muros utilizó ladrillo ordinario, además de sillería de piedra en huecos y esquinazos.

En la dovela central de su puerta de acceso se cinceló una cara. Entre los balcones centrales, cuyas barandillas tienen esculpidas las iniciales del propietario, resalta un busto. Tuvo miradores de madera en los extremos, que cuatro décadas más tarde Gregorio Pérez Arribas sustituyó por otros de piedra.

En la misma calle esquina a Santa Clara el arquitecto levantó en 1909 un inmueble en chaflán, con balcones soportados con ménsulas decoradas en las dos plantas superiores, miradores con guirnaldas en la parte central del edificio y en la arista achaflanada. Los cercos de los balcones se decoran con motivos vegetales. Las iniciales del dueño están labradas en la rejería de las barandas de los balcones.

También proyectó en la capital zamorana los inmuebles de Tomás Salvador (1907) y Augusto Millán (1914), éste último con ladrillo prensado y planos muy minuciosos en todo lo referente a la decoración del edificio.

El industrial Gabino Bobo trasladó en 1907 su empresa de harinas desde Cerecinos de Campos a un solar de la carretera de Villalpando, inmediato a la estación de ferrocarril zamorana, con enlace directo a las vías.

Viloria diseñó la fábrica en ladrillo ordinario visto, utilizando vigas oblicuas de hierro para asegurar los muros del silo. De 1913 son la puerta de la verja del jardín y las ménsulas de la marquesina posterior que resguarda la carga y descarga de mercancías.

El arquitecto Segundo Viloria Escarda (II)

Fachada principal de la casa de Gabino Bono, diseñada por Segundo Viloria. / C. M. F.

Anastasio de la Cuesta Santiago, delegado del Banco de España en Zamora, adquirió varias hectáreas de los terrenos desamortizados del convento de San Juan Bautista, finca en la que Viloria proyectó en 1908 para Carmen Prada, viuda del banquero, un hotel unifamiliar aislado de dos plantas y patio interior, además de sótano para carbonera, y ático para ropero y almacén de enseres.

El inmueble tenía dos entradas, en la fachada principal y en el testero, ocupado por una galería acristalada. Sus muros de ladrillo se enfoscaron y pintaron posteriormente. El armazón del edificio y el suelo se construyeron con vigas de hierro laminado.

Una escalera de mármol llevaba a la planta noble, con miradores curvos de hierro en la fachada principal cuya carpintería se remató en madera. Dos galerías circulares acristaladas de forja embellecían su fachada occidental. La ornamentación resaltaba en la parte superior del edificio y en los marcos de los vanos.

Tras expropiar la finca el Estado, el chalet fue derribado hace medio siglo. Su espacio lo ocupa el parque de la Marina.

Casa de Gabino Bobo, plaza del Mercado

En 1916 proyectó con planos detallados a 1/20 la residencia de Gabino Bobo en la plaza del Mercado, exponente de la modalidad polícroma eclecticista.

En los muros de ladrillo prensado de las dos plantas superiores se abren intercalados tres balcones protegidos con barandas de rejería y dos miradores acristalados, de los que los inferiores se sostienen en ménsulas de modillones. Los dinteles de los balcones superiores exhiben motivos florales. Flores de lis ornamentan el friso y palmetas la cornisa. Actualmente es un hotel.

El arquitecto Segundo Viloria Escarda (II)

Escalinata de la casa de Gabino Bobo, actualmente Hotel Alda Mercado Zamora. / C. M. F.

Enfrente, en el antiguo solar de la iglesia de El Salvador, se proyectó el Mercado de Abastos, con planos a escala 1/100 y 1/10.

Utilizó el hierro en la estructura del forjado del techo del sótano con viguetas en doble T y en la cerchas de su armazón, consiguiendo grandes espacios limpios de vigas, junto a muros de ladrillo ordinario al descubierto y piedra en el escudo de la fachada y las cornisas. Los huecos de los muros los ocupan cristaleras, destacando la semicircular de la fachada meridional.

El arquitecto falleció el 15 de marzo de 1923 en Zamora, siendo enterrado en el cementerio de San Atilano.

(*) Colectivo Ciudadanos Región Leonesa

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