Opinión | Zamoreando

No es de recibo

Es intolerable es que una ministra del Gobierno de España prefiera rendir cuentas en redes sociales

La ministra de Sanidad, Mónica García, presenta la campaña 'Un verano de cuidado'.

La ministra de Sanidad, Mónica García, presenta la campaña 'Un verano de cuidado'. / EP

No me cabe en la cabeza que las cuestiones oficiales, máxime si son de calado, se deban dirimir en las atiborradas redes sociales. Empiezo por decir que no me gustan. Para una mayoría son escaparate de lucimiento personal a golpe de fotografía, hoguera de vanidades, hipocresía y fingimiento. No obstante, estoy segura de que alguna cosa buena también tienen. Para el común ciudadano es, posiblemente, una forma válida de comunicación, para un ministro o ministra, no, bajo ningún concepto.

Sabemos del apego de Óscar Puente por las redes donde se le satiriza constantemente. Incluso el propio presidente del Gobierno no muestra reparos en utilizarlas. Lo que resulta intolerable es que una ministra del Gobierno de España prefiera rendir cuentas en las redes antes de hacerlo en la Comisión correspondiente. Pongamos que hablo de la ministra de Sanidad. A Mónica García la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados se la refanfinfla. Acumula 32 solicitudes de comparecencia, la mayoría relativas a deficiencias actuales y prioritarias del Sistema Nacional de Salud en todos los ámbitos habidos y por haber. La ministra, que no está haciendo nada de nada, tanto como ladraba cuando ejercía de procuradora en la Comunidad de Madrid, prefiere ignorar a la Comisión, dar la callada por respuesta y asomarse a su ventana de la red social que toque.

No será porque el Sistema Nacional de Salud no tenga problemas acuciantes y dificultades de todo tipo que pasan ineludiblemente por la escasez de especialistas, el desabastecimiento de medicamentos o los planes para mejorar el acceso de los pacientes españoles a la innovación terapéutica. Pues como si no los tuviera. La señora García prefiere responder por redes o en entrevistas a medios. Y no le toca al periodista ejercer de parlamentario, ¡lo que nos faltaba! Porque las preguntas que le va a formular a la ministra nunca serán incomodas, serán el vehículo ideal para su lucimiento. Especialmente si el medio es afín.

No entiendo esta fiebre de la izquierda en el Gobierno por las redes. ¿A qué o a quién le tiene miedo la ministra? Una sola comparecencia, hasta la fecha, no justifica el sueldazo que percibe.

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