Opinión | Editorial

San Pedro renace de sus cenizas aupado por los zamoranos

Otra celebración es posible, y los cimientos ya están construidos

Pasacalles de Gigantes y Cabezudos en las Fiestas de San Pedro de Zamora de 2024

Pasacalles de Gigantes y Cabezudos en las Fiestas de San Pedro de Zamora de 2024 / Alba Prieto / LZA

Rodrigo Cuevas pone este domingo el punto y final a unas Ferias y Fiestas de San Pedro que han recuperado la magia de las mejores ocasiones. El folclorista asturiano, reciente Premio Nacional de Músicas Actuales y con fuerte raigambre en la provincia, ofrece en la Plaza Mayor el único concierto gratuito de su gira. El hecho no es baladí. Y es que el artista, cabeza de cartel allá por donde pisa, es la gran apuesta del Ayuntamiento de Zamora como colofón a la reinvención que las celebraciones patronales protagonizan en esta edición de 2024. Sin estridencias, con pasos cortos y en pequeños detalles, pero con una decidida vocación de adaptar los festejos a las demandas del público tras la época dorada de las peñas. San Pedro urgía un cambio y el bipartito ha conseguido dárselo.

Pocas cosas existen más anodinas que un paraguas y es una pila de ellos la gran atracción de estas fiestas. El acierto de las pequeñas cosas es el éxito de la concejalía capitaneada por David Gago, como así demuestran los centenares de fotografías que pueblan las redes sociales con la composición de la Seña Bermeja a través de estos elementos instalados en la calle de Renova. La colaboración entre el Ayuntamiento de Zamora y las encajeras ha derivado también en estampas "instagrameables" en los edificios históricos, sin olvidar las luces decorativas que dan la bienvenida a la zona centro.

La creación de una atmósfera festiva con días de antelación ha sido clave para que la ciudadanía recupere ese gusanillo perdido en los últimos años, fruto del ocaso del modelo peñista que terminó muriendo de éxito

La creación de una atmósfera festiva con días de antelación ha sido clave para que la ciudadanía recupere ese gusanillo perdido en los últimos años, fruto del ocaso del modelo peñista que terminó muriendo de éxito tras alcanzar días de gloria en la última etapa de Rosa Valdeón y los primeros años de Francisco Guarido. Las Ferias y Fiestas de San Pedro ya eran más fiestas que ferias, consagradas a la noche en detrimento de la actividad diurna. Sin abandonar lo primero, la administración local ha reforzado lo segundo para que toda la ciudadanía se sienta partícipe de un programa diseñado con mimo para las diferentes sensibilidades.

La música ha sido una de las grandes protagonistas de los últimos diez días. Esta ciudad tiene el privilegio de contar con una asociación que integra a decenas de bandas y que siempre está dispuesta a salir a las calles para dinamizar la actividad cultural, pero el espacio donde hacerlo es clave. En años anteriores, el Mubaza Fest había fluido entre diferentes ubicaciones como el Mirador del Troncoso, la Bajada de San Martín, la plaza del Seminario o la plaza de la Catedral; lugares emblemáticos, aunque alejados del circuito del paseante de las fiestas. La colocación este San Pedro del festival en el denominado Escenario Campeche de la plaza de la Constitución, en plena Santa Clara, supone un empujón a la afluencia de un público que además ha disfrutado por partida doble al tener a su disposición las casetas de la Feria de Día.

La ilusión, el esfuerzo y, por qué no, el ímpetu de las primeras veces de David Gago consiguen dar lustre a unas Ferias y Fiestas de San Pedro que pedían una vuelta de tuerca.

La organización lidia con unas malas condiciones climatológicas, muy poco habituales en esta época del año, que han obligado a modificar ubicaciones como la del concierto de Camela o directamente suspender eventos como el Urban Music Festival, la Noche de las Velas o el Festival Flamenco. Este último será recolocado en una fecha próxima del calendario, lo que ofrece un tiempo extra tanto al Ayuntamiento de Zamora como a la Peña Amigos del Cante para poner las cosas en su sitio y superar este desencuentro que ha sacudido a una de las citas clave de las Ferias y Fiestas de San Pedro, convertida con el paso de los años en uno de los acontecimientos de lo jondo más importantes de cuantos ocurren fuera de Andalucía. Aunque nadie discute que la propiedad del recital ha sido y será siempre municipal, las formas que ha tenido la administración de sacar a los aficionados de la organización no ha sido nada diplomática, raíz de todos los males posteriores.

Este conflicto es la única mancha de un San Pedro que termina con las dos citas que dan sentido a todo el envoltorio, como son la Feria del Ajo y la Feria de la Cerámica y Alfarería Popular. Dos encuentros que involucran a agricultores y artesanos de toda la provincia, encargados de mantener vivo el medio rural de una provincia que sufre, precisamente, por no encontrar quién viva en sus pueblos.

La ilusión, el esfuerzo y, por qué no, el ímpetu de las primeras veces de David Gago consiguen dar lustre a unas Ferias y Fiestas de San Pedro que pedían una vuelta de tuerca. Lo han demostrado los centenares de zamoranos que se han acercado a lo largo de la semana al Escenario Campeche, las 10.000 personas que salieron a la calle a ver a la Orquesta Panorama bajo una tormenta eléctrica o las incontables que se siguen dando cita a paso lento este fin de semana en Viriato para comprar sus cacharros entre gigantes, gigantillas y música tradicional. Otra celebración es posible, y los cimientos ya están construidos.