El gesto solidario que permitirá a San Vitero recuperar los huertos tras la granizada

Los vecinos de San Vitero y San Cristóbal de Aliste van a tener huerto. La granizada que el pasado 26 de junio esquilmó por completo la producción hortícola de estos pueblos se ha encontrado con un magno gesto solidario que permitirá recuperar los huertos domésticos.

Y todo ha sido gracias a la generosidad de los vecinos de San Juan del Rebollar, Brandilanes y Fornillos de Aliste, que no han dudado en donar plantas de sus huertos para replantarlas en los de San Vitero y San Cristóbal de Aliste.

"Miles de gracias" reaccionaba una emocionada alcaldesa de San Vitero al comprobar la generosidad. "Los alistanos siempre hemos sido muy solidarios" apuntaba Vanesa Mezquita al comprobar los centenares de plantas de cebollas, puerros, pimientos, tomates, judías.... "Esto no se puede describir, estamos muy agradecidos de nuestros pueblos vecinos".

Rebeca Lázaro se ha encargado de recoger el "gran tesoro" que permitirá a muchas familias recuperar sus malogrados terrenos. "En general son personas mayores que está ilusionadas con su pequeño huerto y se habían quedado sin nada" reconoce esta trabajadora.

Se calcula que habrá unas "tres mil plantas" de todas las variedades para cubrir de nuevo los surcos de San Vitero y San Cristóbal y recuperar parte de la producción que se llevó la monumental granizada de finales de junio. "Los alistanos siempre al socorro los unos por los otros".

Esta mañana del viernes en el Ayuntamiento de San Vitero se está procediendo al reparto de las plantas entre unos ilusionados y emocionados vecinos que acuden a recoger "un poco de todo" para afanarse ahora en la tarea de la replantación. "Estamos muy agradecidos y emocionados, esto es un gesto más de la solidaridad de todos los pueblos de Aliste, que se ha demostrado muchas veces" expresaba Rebeca Lázaro.

Además de las altas pérdidas provocadas por el pedrisco en las grandes plantaciones de tomates, los pequeños huertos que surten a las economías domésticas quedaron arrasado ante la pena de unos vecinos, muchos mayores, que con gran esfuerzo prepara cada año el terreno. La pena se torna ahora en esperanza e ilusión gracias a la generosidad de los alistanos.

En apenas 20 minutos, la tormenta descargó alrededor de 50 litros por metro cuadrado, a lo que hay que sumar el tamaño del pedrisco, de un diámetro aproximado de dos centímetros, y las fuertes rachas de viento.

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