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Marta PuigCedida

"El mundo judío interesa y hay expectación por conocer más"

"La aportación de la comunidad judía durante más de diez siglos en España no se ha puesto en valor hasta ahora por ocultación y también por puro desconocimiento"

Desde hace nueve años, Marta Puig dirige la Red de Juderías de España, una entidad que trabaja para poner en valor todo el patrimonio que dejaron los judíos en el país. Recientemente, ha acudido al congreso Zamora Sefardí, celebrado en el Parador Condes de Alba y Aliste.

–¿A qué se dedica la Red de Juderías de España?

–La Red de Juderías de España es una asociación pública que aglutina a ayuntamientos que tienen en común una serie de patrimonio material relativo a las familias judías que habitaron España antes de la expulsión. Fueron seis las primeras ciudades las que se pusieron en contacto en 1995 para empezar a compartir cómo gestionar, investigar y generar un relato para este patrimonio. Arrancó ahí una labor de reconexión con la cultura judía, con un trabajo de archivo y de investigación para saber cómo era el censo, qué puestos ocupaban y todo tipo de documentación relativa a su día a día, desde compraventas hasta defunciones, matrimonios, juicios y toda la documentación que se consiguió encontrar respecto a la presencia de judía en España. A continuación, se pasó a identificar arquitectónicamente la morfología de la judería y aquellos elementos patrimoniales que merece la pena recuperar, señalizar y empezar a compartirlo de una manera divulgativa, en primera instancia con los ciudadanos de la propia ciudad, pero también con el objetivo de que sea un motivo más para el turismo.

–¿Cuántas ciudades pertenecen a la Red en la actualidad?

–Hay 21 municipios en la agrupación, una cifra que sigue creciendo. Precisamente en este 2024 se inicia un nuevo proceso de apertura para aquellos que quieran formar parte de la red, tras el último, que se produjo en 2018, con la unión de Lorca, Sagunto, Tui y Béjar. Se esperan las candidaturas entre octubre y navidades y, a lo largo de 2025, se incorporarán nuevos socios.

Hay 21 municipios en la agrupación, una cifra que sigue en crecimiento

–¿Qué tienen que aportar?

–Primero, se presentan aquellas que dispongan en primera instancia del informe positivo de la comisión técnica, que luego se eleva a la asamblea. Para ser miembro de la Red tiene que tener la aprobación por mayoría de los miembros de la asamblea, que son los alcaldes de cada una de las ciudades que conforman esta entidad.

Valor en alza

–¿Qué valor tienen las juderías en España?

–Desde que se ha iniciado la labor de poner en valor y de acercar turísticamente este producto a la ciudadanía, nos hemos encontrado con enormes sorpresas. Que la aportación de la comunidad judía durante más de diez siglos en España fue tan importante que el hecho de que no se haya puesto en valor hasta ahora ha sido, primero, fruto de la ocultación y segundo, por puro desconocimiento. Existen personajes importantísimos, aportaciones de todo tipo que pasan por el descubrimiento de América y tantas otras cosas relativas a la astronomía, la medicina, las artes, la filosofía o la literatura. Es decir, fueron realmente brillantes en muchísimas áreas que constituyeron la base de que España fuese una potencia europea. Recuperarlo significa para nosotros reconectar con raíces que son nuestras.

–Así que, no estamos tan alejados como pueda parecer.

–Los judíos no son ellos y nosotros somos nosotros, sino que hemos empezado a entender que en nuestro ADN hay una parte importantísima de cultura judía, porque comenzamos a reconocernos en sus costumbres y en sus tradiciones. Hemos empezado a identificar qué fuerte tuvo que ser la influencia judía porque, a pesar de cinco o seis siglos de absoluto oscurantismo, permanecen. Y permanecen, primero, por la diáspora, que es un hecho humanístico realmente desconocido y de un valor incalculable.

Su importancia en España

–¿Cómo fue la vida de estas personas fuera de España?

–La comunidad judía se expulsa en su totalidad del territorio de España y Portugal y ellos empiezan a rehacer sus vidas en otros países, pero siguen manteniendo el cordón umbilical, con una relación no de odio ni de rencor, sino de amor y de sentimiento de pertenencia a este país. De hecho, en España se empieza a recuperar la cultura sefardí porque diplomáticos y militares en el extranjero escuchan en países muy extraños a gente hablar el español de Cervantes. Es decir, que se había ido conservando generación tras generación.

Marta Puig, en el parador de Zamora.

–¿Qué objetivos tiene la Red de Juderías en la actualidad?

–Los objetivos de la Red hoy, de manera casi involuntaria, van mucho más allá de los que se planteó en un momento inicial. Ahora representamos la vuelta a la convivencia, el regreso a la comunidad judía a España. Representamos un poco lo que simbolizaron, como digo yo, las calles, las puertas y las ventanas de las casas en las que vivieron los judíos antes de ser expulsados. Y, en el fondo, también es una labor de memoria histórica que desde el extranjero se valora muchísimo, porque el sefardismo no es una cultura muerta. Existen comunidades sefardíes en todo el mundo, que ahora miran a España como un lugar apetecible e interesante para volver, agradeciendo cómo hemos sido capaces de perdonar esa parte de nuestra historia y volver a reconectar con la cultura judía.

Las posibilidades de Zamora

–Ávila, Béjar, León y Segovia son lugares de Castilla y León que pertenecen a la Red de Juderías, ¿tendría Zamora posibilidades de entrar también?

–Yo sí creo que Zamora tiene suficiente patrimonio material e inmaterial como para formar parte de la Red. En cualquier caso, es el propio Ayuntamiento quien tiene que entender que su política cultural y turística encaja con este proyecto. Nosotros, a partir de este lunes publicamos las bases y en qué va a consistir el proceso, así que, si el Ayuntamiento lo ve interesante, esperamos su candidatura con los brazos abiertos.

Esta comunidad tan brillante ayudó a que fuéramos potencia europea

–Mientras tanto, acaba de finalizar el congreso Zamora Sefardí, al que ha acudido por primera vez. ¿Qué impresión le ha causado?

–Era una asignatura que tenía pendiente y me ha encantado ver el número de gente que ha asistido al congreso y la calidad de las ponencias. La Red de Juderías tiene que estar presente, para alimentarnos y ayudarnos mutuamente. Por nuestra parte, le damos toda la difusión que podemos, independientemente de que Zamora esté o no en la Red.

–¿Todavía queda camino por recorrer para apreciar el patrimonio judío que existe en España?

–Todavía estamos lejos del objetivo de que todo el mundo sepa sobre este pasado, pero también es cierto que, en esta última década, hemos visto un cambio abismal. En España, prácticamente no se podía decir la palabra "judío" en alto hace treinta años, es un sector hacia el que miramos todavía con algo de miedo. Pero lo cierto es que tenemos más de 28 juderías en España señalizadas de manera homogénea, con nuestro logo de bronce en todas las calles. Hacemos actividades en las calles, festivales culturales, programas con colegios, viajes de prensa y promoción internacional, con lo que hemos avanzado mucho, ya hay mucho menor desconocimiento de que existe una importancia en nuestra historia que viene marcada por la comunidad judía. La percepción que yo tengo es que es un mundo que interesa muchísimo y hay muchísima expectación por conocer más.

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