Entrevista | Luis Santamaría del Río Teólogo y experto en sectas

"El falso obispo embauca a las monjas clarisas solo para tener su propio "Vaticano" y cohorte"

"Estas religiosas deberían quitarse el hábito y abandonar el monasterio porque no reconocen a la Iglesia" | "De Rojas es egocéntrico, narcisista y se cree un mesías"

Luis Santamaría del Río durante la presentación de su libro en el Club del periódico.

Luis Santamaría del Río durante la presentación de su libro en el Club del periódico. / ANA BURRIEZA

Manipulación, ambición , delirios mesiánicos e informaciones retorcidas sobre la Iglesia Católica y el papa Francisco mantienen a quince monjas clarisas de Burgos abducidas por su abadesa y el obispo falso de la Pía Unión de San Pablo. Erigido a si mismo como el salvador de la Iglesia Católica, el falso obispo Pablo de Rojas cuenta ya con su propia cohorte, las religiosas, y con su "Vaticano", el monasterio de Belorado. El teólogo zamorano Luis Santamaría ya estudió esta organización en su libro "A las Afueras de la Cruz", presentado en el CLUB LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. Le preocupan las víctimas que precisarán de ayuda psicológica para salir de la secta.

¿Qué está pasando con las Monjas Clarisas de Belorado y Orduña?

Sara Fernández

–La situación generada con las monjas clarisas de Burgos tiene un componente histriónico, ¿hasta qué punto es teatro y hasta qué punto creencia firme?

–Tiene su lado de carnaval, como el Palmar de Troya, tan friki y tan de la España cañí, pero hay un fondo de sufrimiento de las víctimas, por eso, hay que tomarlo en serio más allá del circo mediático. Las monjas son víctimas de una manipulación palpable que deja huella, de un proceso de abuso psicológico y espiritual. Para que se produzca después una restauración de la persona es necesario un apoyo terapéutico y aquella nunca llega a ser completa porque queda la huella del trauma.

–¿No puede tratarse de un entramado que oculta intereses económicos o inmobiliarios?

–Las cosas no están nada claras por parte del falso obispo, Pablo de Rojas, desde que hace 20 años inició su secta es todo una farsa. En cuanto a la abadesa, existe una falta de transparencia total, tampoco está nada claro que exista una trama inmobiliaria. Es más complejo porque hay manipulación psicológica por la secta y su líder.

"El voto de obediencia a la abadesa facilita la manipulación emocional por esta responsable, que ha unido sus ansias de poder con las del gurú, ambos son narcisistas y egocéntricos"

–¿Pero qué mueve, entonces, al falso obispo, a Pablo de Rojas?

–El interés de contar con un inmueble, que implica tener un centro de poder simbólico, tener una sede, su propio "vaticano", no se trata solo de poseer un monasterio, sino una comunidad religiosa, una cohorte. Al mismo tiempo, se ha encontrado con el interés de la abadesa, que no parece trigo limpio, de perpetuarse en el poder, que debe dejar a final de mayo porque cumple ya 12 años en el cargo. Para ello, ejerce un abuso de autoridad sobre el resto de las mojas, sería una estrategia para continuar.

–¿Se han juntado el hambre con las ganas de comer?

–Han hecho un tándem con sus megalomanías o sus personalidades mesiánicas. Todo obedece a unas personalidades seguramente con rasgos narcisistas e, incluso, paranoides, que buscan someter a otras personas. El falso obispo ha querido aprovecharse de la abadesa y del resto de religiosas. La monja que se ha ido lo ve todo como un despropósito.

"Estas religiosas deberían quitarse el hábito y abandonar el monasterio porque tomaron los votos ante un obispo en el que no creen y no reconocen a la Iglesia con la que se comprometieron"

–¿Se trata de una persona que no está en sus cabales?

–Él y su mano derecha seguirán con su delirio, pero espero que la comunidad de monjas recapacite y no sé si todas podrán salir de la órbita o si la abadesa y sus más directas le seguirán hasta que las deseche o vean que no pueden ser usadas. Él busca posibilidades económicas e inmobiliarias que le permitan seguir mostrando su deliro de ser obispo, vivir como un líder que tiende al sometimiento y tener poder sobre ellas, con medios para generar dependencia en otras personas.

–¿Creen realmente lo que postulan?

–Sí, el uno y la otra parecen totalmente convencidos y arrastran a otras personas en su delirio. La abadesa lo tiene más fácil por el voto de obediencia al que le están obligadas las hermanas. A eso se suma el impulso por el respeto y el cariño que la tienen, con lo que logra una manipulación emocional. Todo ese manifiesto de 70 páginas redactado por el líder sectario carece de la más mínima racionalidad.

–¿Cómo ha logrado el obispo falso, esta secta, captarlas? –El discurso que reciben a través de la abadesa es convincente para las religiosas y algunas de sus familias, tan fanatizadas como ellas, porque se han aprovechado su vulnerabilidad, no hay que olvidar que las monjas tienen una vida de oración y compromiso cristiano innegable.

"Estas sectas, al igual que la del Palmar de Troya, tan frikis y tan de la España cañí, tienen de fondo un sufrimiento de las víctimas, un abuso psicológico y espiritual que dejan huella"

–¿Con qué juegan para que vayan contra su Iglesia?

–Con la desinformación, mediatización de la información de Internet. Es la táctica de la abadesa y responsable de este cisma, información que se ofrece de forma sesgada y cargando las tintas sobre ciertas cosas reinterpretadas, les han tejido una tela de araña de la que es muy difícil salir. Entre esas informaciones difunden que la iglesia está llena de masones, comunistas, empezando por el papa Francisco, que sería un traidor y un usurpador. Apuntan a la renovación de la iglesia en el siglo XX como la causante de todos los males, niegan su validez con argumentos conspiranoicos, como, por ejemplo, afirmar que la renuncia del papa Benedicto fue una estrategia en clave y que solo conocían ese código encriptado algunos.

–¿Cómo definiría a esos fanáticos?

–Involucionista e intransigente, al final estas personas se creen en posesión de la verdad, los iluminados en mitad de una masa adormecida o engañada, que es el resto el resto de la Iglesia católica.Deberían quitarse el hábito e irse del monasterio porque si no reconocen a la Iglesia sus votos no son válidos, ya que los han hecho ante un obispo al que ahora no reconocen ni desde la fe ni desde la racionalidad. No tiene lógica, es un dislate de tipo sectario y conspiranoico. Su forma de pensar se acerca a la creencia rectilínea o cualquier tipo de conspiración.

"La abadesa, que no parece trigo limpio, seguiría al gurú para perpetuarse en el poder porque el cargo tiene que dejarlo a final de mayo tras 12 años, no puede repetir"

–¿Cómo es posible que nadie lo viera venir, ni el Arzobispado?

–Ha sido una sorpresa, se enteraron en abril porque la responsable de clarisas de esa zona del país llamó al Arzobispado para explicar la actitud de las monjas. Si ha sido un proceso largo han tenido engañados a todos. La carta de una mujer que celebró la Semana Santa con la comunidad tiene un tono muy duro hacia las monjas porque afirma que, si realmente en abril tenían esto preparado, hicieron una pantomima un mes antes.

–¿El falso obispo y la abadesa se consideran mesiánicos?

–Sí, ellos son el pueblo fiel a dios, el resto están engañados.

–¿Qué recorrido judicial puede tener la reclamación de la titularidad del monasterio?

–No mucho, aunque el obispo diga que ganarán todo porque esos inmuebles son de la Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara, de la comunidad de monjas clarisas, es de la Iglesia Católica. Los monasterios se han construido con los donativos de mucha gente y con el trabajo de muchas personas para la Iglesia. Estas hermanas deberían abandonarlo. 

–¿Qué puede hacer la comunidad y la Iglesia ante personas que viven otra realidad?

–El obispo ha llamando al diálogo, a sentarse y escuchar a cada monja por separado para tratar de hacerles entender que han sido embaucadas por un gurú, con complicidad de la abadesa. Algunas sufre un deterioro cognitivo. La monja que se ha ido dice que se encontró de repente con un señor que no conocía diciéndoles que a partir de ahora dependían de él y que él era la autoridad, cuando ella lo cuestionó, fue invitada a dejar la que había sido su casa más de 20 años. Es un delito de coacciones.

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