Novedades en la Catedral de Zamora: Una nueva capilla cinco siglos después

La Catedral de Zamora cuenta con una nueva capilla, algo que no sucedía desde el siglo XVI.

La sencillez la define. Se encuentra en el emplazamiento que tuvo una puerta en la nave sur del templo, entre los dos lucillos abiertos tiempo atrás, y está dedicada a los mártires zamoranos del siglo XX, de ahí que su bendición tuviera lugar el lunes coincidiendo con la memoria litúrgica del beato Antonio Faúndez, natural de La Hiniesta, y compañeros mártires.

Tras una eucaristía, con todo el Cabildo Catedralicio revestido de rojo, el color utilizado por la conmemoración de los mártires, tuvo lugar su bendición.

El clero, acompañado de un grupo de fieles, avanzó en procesión desde el altar mayor a la ubicación del oratorio de la Piedad, que artísticamente cuenta con dos imágenes, efectuadas por Ricardo Flecha, que protegen un arca.

Con el cabildo situado en un semicírculo alrededor de la capilla el presidente-deán, Juan Luis Martín Barrios, introdujo en la urna las copias de las partidas de bautismo de los trece mártires zamoranos de los años 30 del pasado siglo así como las reliquias de algunos de ellos, que ocuparon un lugar relevante en el altar mayor durante la celebración de la eucaristía.

La intención pasa por que puedan incorporarse reliquias de todos ellos según vayan avanzando los trabajos de recuperación de las mismas, según explican desde la Diócesis de Zamora.

Posteriormente, la capilla la bendijo el obispo de Zamora, Fernando Valera Sánchez.

La urna se encuentra flanqueada por dos piezas del escultor Ricardo Flecha.

Preside la capilla el crucificado que el artista donó al Cabildo en el año 2017 para que se exhibiera en la sala de los artistas zamoranos que tiene el Museo Catedralicio.

"Con el beneplácito del autor el crucificado se ha trasladado hasta esta capilla para que permanezca en ella de forma permanente convirtiéndose en una imagen de culto", explicó el canónigo responsable de Patrimonio, José Ángel Rivera de las Heras a los presentes, entre los que se encontraban familiares del escultor.

En la parte inferior han ubicado la maqueta original del paso de La Piedad que Flecha efectuó para la Cofradía del Santísimo Cristo de la Bienaventuranza de León, un grupo escultórico que pudo contemplarse en la retrospectiva que el escultor protagonizó el pasado mes de julio en la Encarnación, mientras que en las paredes de la capilla se escribirán los nombre de los mártires.

Entre las dos piezas median 20 años "un tiempo fecundo, el de su itinerario artístico en el que de forma paulatina y progresiva Flecha reflexionó sobre el valor de las imágenes en la iglesia católica" .

"Se adentró en los misterios de nuestra fe hasta comprender en profundidad que el arte cristiano no es solo la noble representación de los acontecimientos que fundamentan lo que creemos sino también en su impactante contemplación nos introducen aquí y ahora en ese misterio de amor apasionado de Dios por nosotros los hombres", remarcó Rivera de las Heras, gran conocedor del arte de Flecha, no en vano comisarió la última muestra del artista en la ciudad.

El sacerdote, en su intervención también señaló que "Ricardo Flecha Barrio persona entrañable, insigne escultor, creyente ejemplar ha obsequiado a la comunidad diocesana con de dos sus obras más logradas en las que se expresa la unidad de la fe y del arte cristiano".

Ricardo, "ojalá esa capilla, con estas dos imágenes, nos traiga siempre a la memoria tu amistad y los méritos de tu obra artística y nos impulsen a dar testimonio diario de nuestra fe y a contemplar el amor de Dios".

Suscríbete para seguir leyendo