Las precipitaciones registradas en las últimas semanas han provocado que los embalses zamoranos rompan todos los datos estadísticos de la última década y se sitúen en unas condiciones inmejorables para los meses venideros. Actualmente, los pantanos se encuentran al 85% de su capacidad con más de 1.500 hectómetros cúbicos de agua embalsada.

Los datos de capacidad doblan los registros de la misma semana del pasado año y se sitúan 200 hectómetros cúbicos por encima de la media de los últimos diez años. Una situación susceptible de mantenerse en el tiempo, dado que las lluvias primaverales parecen no cesar y está previsto que sigan cayendo a lo largo de este mes de abril.

El embalse de Ricobayo, el que más agua acumula en el conjunto de la provincia, ha experimentado un crecimiento sin paliativos en los últimos siete días. Durante este tiempo, su capacidad ha subido en 124 hectómetros cúbicos hasta situarse en los 969 en el día de ayer. Se queda al 84% de su capacidad, uno de los datos más altos en los últimos años. No obstante, otros pantanos de menor tamaño están en una mejor situación. Son los casos de Valparaíso y Cernadilla, en el Tera, que superan el 90%; o el embalse de Castro, en el Duero, que se queda a las puertas de ese umbral.

Los datos del Boletín Hidrológico del Ministerio para la Transición Ecológica ofrecen buena muestra de las reservas de agua que ha conseguido mantener la provincia de Zamora después de unos periodos bastante preocupantes en los que la sombra de la sequía sobrevolaba por las cabezas de los ciudadanos. Una subida de casi diez puntos en la última semana ha confirmado una tendencia al alza de la situación del agua embalsada, que se presenta de manera inmejorable de cara a los próximos meses. Corren buenos tiempos en los pantanos del Tera, Esla y Duero dentro de su periplo fluvial por la provincia de Zamora.