Entrevista | Agustín Jiménez Humorista

"Para hacer humor debes provocar cosquillas en el cerebro de la gente"

"Llevo subido a los escenarios 25 años haciendo monólogos y se puede decir que he crecido con el género"

El artista Agustín Jiménez, en una imagen promocional de su espectáculo. | Cedida

El artista Agustín Jiménez, en una imagen promocional de su espectáculo. | Cedida

Beatriz Blanco García

Beatriz Blanco García

Su sueño era ser dibujante de tebeos, pero ha terminado convertido actor de teatro y de cine, presentador de televisión, showman, guionista y, sobre todo, monologuista, puesto que fue uno de los que, hace ya más de dos décadas, introdujo el género en España. Precisamente, con su monólogo "Quién soy yo" inaugura hoy el ciclo de Noches de Humor en Zamora, en las aceñas de Cabañales, a partir de las 22.00 horas.

–¿Qué es lo que se va a encontrar el público zamorano que acuda a su espectáculo?

–En este monólogo me centro en las diferentes generaciones que vienen a verme, la de gente joven y la de los que son de mi edad, intentando unificar conceptos de las dos etapas, buscando un hilo común. Cuento mi experiencia, cómo con más de cincuenta años te encuentras con hijos que reniegan de tu humor, que lo no ven gracioso, aunque sí que viene a verme gente joven. Yo lo que busco es un troncal de comedia, una especie de columna que una a todos en las risas.

–¿Y les hace partícipes de sus monólogos?

–Todos mis espectáculos tienen una especie de "performance", el público participa, les lanzo preguntas e incluso se animan a cantar. Ellos solos se meten en charcos (risas)

–Pero porque usted les empuja un poquito.

–Por supuesto, el humor siempre tiene que acabar en la cabeza del espectador y a mí, personalmente, me gusta mucho hacer lo que denomino el metaformato, es decir, explicar previamente la estructura del propio monólogo.

–¿Su larga experiencia le facilita hacerlo de esta manera?

–Creo que sí, porque ya llevo subido a los escenarios 25 años haciendo monólogos y se puede decir que he crecido con el género, fui yo uno de los que lo introduje en España. Llevo girando con el espectáculo que traigo a Zamora más de dos años y ha ido creciendo, sin perder esa parte de improvisación.

Estoy lejos de pensar que yo ya lo sé todo y no tengo que aprender nada más

–¿Qué es lo que más le gusta de estar delante del público con sus monólogos?

–Como todo arte, porque yo creo que es más que puro entretenimiento, hay que cuidarlo y estudiar mucho. Tienes que ver a gente nueva, observar cómo trabaja, juntarte con los compañeros más jóvenes, analizando sus estilos. Me gusta estar informado de todo esto, porque estoy lejos de pensar que yo ya lo sé todo y no tengo que aprender nada más. Nunca hay que sustituir la experiencia por la inteligencia. Intento estar con los nuevos tiempos, en la pomada. El truco está en mantenerse en los circuitos actuales, en salas, en teatros. Menos en bodas, bautizos, comuniones, despedidas de soltero y nocheviejas, donde la gente se divierte sola, me gusta estar en todos los sitios. Mientras sigas actuando, el género seguirá vivo. Muchas veces lo comparo con el jazz, porque tiene una base, pero también mucha improvisación.

Agustín Jimenez

Agustín Jimenez / Cedida

–También tiene tiempo para impartir clases sobre este género.

–Recientemente, estuve en una universidad y les aconsejaba que, sobre todo, leyeran, porque cuanto más detallista seas con la historia, mejor saldrá el chiste. Para hacer reír no hay que quedarse en la superficie. No es sencillo subir a hablar, porque, además, hay que mantenerse un buen rato ahí, cuidando el lenguaje. Hay que tener en cuenta que para hacer humor o para hace comedia debes provocar cosquillas en el cerebro de la gente y trabajar mucho.

–¿Dónde radica el éxito de un género que nació en Estados Unidos?

–Allí es de sobra conocido, pero aquí llegó con José Miguel Contreras, el creador del Club de la Comedia, como un "fake". Me refiero a que subían al escenario actores y actrices que se aprendían un guion. Así se popularizó el género en España, saltando de la televisión de pago a locales y haciendo giras. En Estados Unidos es todo más vivencial, pero tampoco se tiene que convertir en un mitin personal. Yo no cuento chistes, yo hago humor con rutinas, trozos de historias sobre un mismo tema, como pequeños "scketchs".

Agustín Jimenez

Agustín Jimenez / Cedida

–¿Hay temas que todavía son delicados para tratar en los monólogos?

–Decir que hay temas que no se pueden tocar es una paradoja en sí misma, porque cuando te lo planteas, vas a estar dándole vueltas a la cabeza a ver cómo se pueden abordar. Aquí lo ideal es utilizar la poesía. Es decir, se han abordado todo tipo de temas en literatura o en la propia Biblia salen de lo más escabroso, pero se les baña de un halo místico. O haces poesía, o los conviertes en dibujos animados. Es decir, creo que si necesitas hablar de un tema o denunciar algo sobre el escenario, adelante. Luego existen unos códigos éticos, como en todo oficio, por ejemplo, no violar los derechos humanos o tampoco hacer humor desde el privilegio de meterte con gente que está por debajo. Y no usar ese altavoz para justificar extremismos de ningún tipo. Es decir, creo que, de alguna manera, el artista tiene que ser la voz del pueblo, no servir solo de entretenimiento y decorado.

El artista tiene que ser la voz del pueblo, no servir solo de decorado o entretenimiento

–Además de los monólogos, está en la radio, en la televisión, en el cine…

–Y en el teatro, o sea, mi oficio es actor de teatro.

–¿Y cómo se organiza uno con tantos frentes abiertos?

–Los ordenadores son multitarea, pero las personas no. Tengo una agenda y personas que me ayudan, un asistente que me organiza las fechas y un agente que me lleva los temas del trabajo. Pero yo luego soy de ir a trabajar solo, una vez que me organizan, porque ya únicamente queda hablar sobre el escenario. Aun así, hay todavía gente que piensa que solo hago una cosa, ya sea radio, teatro o monólogos. Tengo diferentes públicos.

–¿Aspiraba a tocar todos estos palos artísticos cuando se licenció en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid en 1993?

–Es que la trayectoria ya la tenía de antes. Había creado una emisora de radio, ya había trabajado con Tricicle, hacía teatro infantil y marionetas. Siempre he dicho aquello de que la inspiración te tiene que encontrar trabajando y yo lo he hecho desde que tenía 16 años, porque este mundo es mi pasión.

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