Sucesos en Zamora

¿Qué pasó con los detenidos en la rave de Argusino del verano de 2022?

Los dos detenidos en la macrofiesta electrónica se enfrentan a prisión

La Fiscalía exige un año de cárcel a cada joven y una multa de 300 euros por el incidente con guardias civiles en el desalojo

VÍDEO | Así amanecoó la fiesta rave en Argusino: despliegue de tiendas y caravanas

I. G.

Dos jóvenes italianos que fueron detenidos durante el desalojo de la rave convocada por redes sociales en Argusino el 17 de agosto de 2022 se enfrentan a un año de prisión cada uno de ellos y al pago de una multa de 300 euros, imputados por la Fiscalía de Zamora por atentado a la autoridad.

El delito se habría producido cuando uno de los jóvenes, de iniciales M.F., fue requerido por uno de los agentes para que bajara del camión en el que viajaba como copiloto, momento en el que abrió y cerró la puerta, acción con la que golpearía en el pecho a uno de los guardias. En ese momento, los agentes redujeron al joven, que se resistiría, según sostiene el escrito de acusación pública.

El procesado, aunque admitió que abrió y cerró la puerta del vehículo "porque estaba nervioso por la situación de tensión", negó que hubiera propinado el golpe al agente, "no tenía motivos para ello", mientras que relataba que tras abrir la manilla se vio en el suelo, agarrado por el cuello por uno de los guardias y con la rodilla del otro en la espalda, boca abajo, "con la cara en el barro, no podía respirar. El primer agente me tiró y me cogió del cuello; el otro, me puso la pierna en la espalda".

A preguntas de la Fiscalía negó que se hubiera comportado de forma violenta, "veníamos de vacaciones, hace diez años que vengo de vacaciones" a España y a Portugal, Galicia, puntualizó para aclarar que ese agosto de 2022 decidieron pasar por Zamora, donde se había convocado una fiesta rave, en una zona apartada para escuchar música sin molestar a nadie.

Uno de los acusados de atentado a los guardias civiles testifica en el juico.

Uno de los acusados de atentado a los guardias civiles testifica en el juico ayudado de intérprete (en la pantalla) / S. A.

El joven contó que no vio llegar a la persona que viajaba con él y conducía el camión, de iniciales M.P., que está procesado también por desacato a la autoridad. No pudo ver cómo se acercaba este otro joven porque "yo estaba pidiendo ayuda", llamamiento al que acudió M.P., e insistió en que ellos no realizaron ninguna maniobra para tratar de eludir la acción de la Guardia Civil.

El imputado ha aseverado que "era imposible escapar" porque "estábamos entre coches, había delante y detrás", ha explicado el joven que achaca la reacción de los agentes a la "confusión" al encontrarse rodeados y "pensar: me paro, no me paro, pero no queríamios huir de la policía". M.F. ha admitido que "la frenada fue un poco brusca" cuando llegó a la altura del guardia, pero sin ninguna intención de causar un altercado ni encararse.

Las redes sociales sirvieron de vehículo para atraer a jóvenes del resto de España y de otros puntos de Europa para instalarse con autocaravanas y camiones en una zona de embalse de la Almendra, azotado por una sequía, que posibilitaba la instalación de miles de personas. La alarma social llegó enseguida y la intervención de la Guardia Civil no se hizo esperar, la ermita estaba cerca y la fiesta de Argusino no pudo celebrarse por la ocupación.

Evacuación del embalse entre nerviosismo e incertidumbre

No hay pruebas de que el joven golpeara con la puerta del camión al policía, por tanto, la abogada de la defensa de los dos imputados ha pedido a la magistrada que aplicara el principio indubio pro reo, aquel que favorece al acusado cuando no se puede demostrar fehacientemente que hubo un delito y permite absolverlo.

A lo sumo, la defensa cree que podrían haber incurrido en resistencia a la autoridad, una infracción con menor pena. La Fiscalía ha contextualizado el suceso en "un ambiente de nerviosismo, en el que se abren y cierran puertas" y uno de los acusados M.P. va hacia los agentes de la Guardia Civil para frenar a su amigo.

Sin embargo, la acusación pública considera que "existe un parte del forense" sobre la lesión leve de uno de los guardias y "ha de prevalecer la versión de los agentes" que indican que uno de ellos fue golpeado por M.F., un informe que demuestra que "no es coherente lo que manifiestan" los dos acusados.

El imputado M.F. ha apuntado que, aunque pidió reiteradamente, que le viera un forense cuando estuvo detenido 24 horas para que le examinara sus lesiones, no acudió ningún médico y que le llegaron a decir que tendría que esperar otras veinticuatro horas, por lo que finalmente desistió. La abogada de la defensa impugnó el informe del forense porque no se ratificó en el juicio celebrado ayer y "no se sabe en qué informe médico se basa la lesión" que se dice que sufrió el guardia civil.

La letrada ha recordado que sus clientes no dieron positivo en los tests, ni en alcohol ni en drogas, y ha reiterado que "era imposible huir de la fila de desalojo de la fiesta rave", mientras describía la "incertidumbre y el pánico" que sintieron porque no entendían nada de lo que estaba ocurriendo, a lo que se sumaba la dificultad del idioma, ambos son italianos.

"El problema es que no se entendían, mientras unos decían que abriera la puerta, otros le decían que cerrara", en una tarde lluviosa en mitad del pantano seco de Argusino en el que la tensión llegó a ser máxima entre agentes y visitantes, ha reseñado la defensa de los dos acusados.

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