Catadores de la Guía Peñín se acercan a diferentes añadas de los vinos de Toro

Las puntuaciones obtenidas por las elaboraciones saldrán en la próxima edición del libro, aunque se harán públicas con anterioridad

Ziyang Zhang y Boris Olivas, durante la cata en el Consejo Regulador. | C. T.

Ziyang Zhang y Boris Olivas, durante la cata en el Consejo Regulador. | C. T.

Una pareja de expertos catadores de la Guía Peñín ha pasado la jornada de este lunes en Toro, donde han catado unos 170 vinos acogidos al marchamo de la DO Toro.

El objetivo es nutrirse de información de cara a la publicación de la próxima edición de la Guía Peñín, que saldrá a la luz el próximo mes de octubre. No obstante, como han explicado los catadores, previsiblemente, las puntuaciones obtenidas por las elaboraciones catadas en el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Toro podrán conocerse en un plazo aproximado de cuatro o cinco semanas.

Ziyang Zhang y Boris Olivas han sido los encargados de recalar en Toro en nombre de la prestigiosa guía vinícola para acercase a los vinos de la zona. Principalmente, han catado vinos tintos elaborados a base de la variedad autóctona Tinta de Toro, aunque también han podido probar elaboraciones a base de Garnacha o vinos blancos a base de variedades de uva como la Verdejo o la Malvasía Castellana.

En cuanto a las añadas, la cata ha comenzado por elaboraciones jóvenes de la cosecha 2023, y los catadores han continuado con otras añadas anteriores, hasta llegar a probar vinos de 2018 y 2019, con crianzas en barrica.

Zhang y Olivas han coincidido en que las sensaciones generales tras la cata de los casi 200 vinos son positivas.

Ziyang Zhang ha destacado la "singularidad" que para él expresan los vinos de Toro. "Para mí, Toro es una zona como el animal: con fuerza y con cuernos, o sea, que en boca tiene más tensión y embiste, tiene más fuerza que Ribera del Duero y mucha más que Rioja".

En este sentido, Zhang ha señalado que "la gente cree" que los vinos de Toro "se parecen mucho a Ribera del Duero" porque ambas utilizan la variedad de uva Tempranillo para sus elaboraciones "y, genéticamente, son iguales", pero, según el experto, los vinos de Toro tienen "esa singularidad y mucho tanino, mucho color y mucho sabor". Además, ha destacado que, en la DO, las bodegas "trabajan mucho con barricas", aunque también se ha encontrado con vinos a los que "todavía les queda tiempo y les falta envejecimiento en la bodega".

Asimismo, ha vaticinado que, tras catar las añadas "más viejas", desde 2023, 2022 y 2021, "el vino, en general, va a ser más serio, más complejo".

Por su parte, su compañero Boris Olivas ha destacado que lo que más le ha "sorprendido" de los vinos catados durante la jornada es "la frescura" y un perfil "muy de fruta roja". "Me ha sorprendido bastante porque no es lo que encuentras, por ejemplo, en Ribera del Duero, que son zonas que están un poco hermanadas", ha expresado.

Por otro lado, también ha señalado que, a pesar de encontrar frescor, fruta roja y una estructura tánica, "a veces, me ha faltado un poquito más de silvestrismo, de expresión y de capas de aromas". Si bien, ha explicado que cree que "hay que darles más tiempo" ya que hay "muchas añadas jóvenes".

Olivas había recalado ya en Toro en ocasiones anteriores; la última, hace cuatro años, y asegura que sí ha encontrado un "cambio a buscar más el frescor en la fruta y que haya menos madurez, cosa que se agradece porque (la Tinta de Toro) es una variedad muy potente y si, además, a eso le sumas alcoholes que se van mucho, puede ser muy pesado". Así, cree que los vinos de Toro "han ganado en fluidez y frescura y en ser más fáciles de tomar", un aspecto "positivo" para que Toro "esté alineado" con la tendencia de consumo de vino a nivel mundial. "Hay futuro si saben encontrar la manera de hacer vinos de calidad y en esa tendencia", ha concluido.

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