Los Angeles.- Pocos intérpretes en la industria del cine son capaces de hacer historia en su primer papel en la gran pantalla. Richard Widmark, gracias al asesino Tommy Udo de "El beso de la muerte" (1947), lo consiguió, a los 32 años.

Nacido el 26 de diciembre de 1914 en Sunrise (Minesota, EE UU), murió, según anunció ayer su esposa desde 1999, Susan Blanchard, después de que la rotura de una vértebra meses atrás le causara un empeoramiento de su estado de salud.

El actor estadounidense, que falleció el lunes a los 93 años en su hogar de Roxbury (Connecticut, EEUU), después de una larga enfermedad, se convirtió en una estrella de la noche a la mañana gracias a "El beso de la muerte", donde creó un villano repelente y con una risa de lo más particular, que marcó para siempre su carrera.

«El sadismo de ese personaje, la risa inquietante (...) convirtieron a Widmark en la persona más terrorífica de la gran pantalla», escribió el crítico David Thompson en "The Biographical Dictionary of Film".

«¡Esa maldita risa mía!», dijo en 1961. «Durante los dos años siguientes a la película, no me permitieron ni sonreír. El personaje era una bestia ridícula».

En el filme, el personaje de Widmark ataba a una anciana en su silla de ruedas con el cable de una lámpara y la empujaba a la muerte tras tirarla por unas escaleras. Ese papel le reportó un Globo de Oro y su única candidatura al Oscar, como mejor actor secundario, premio que se llevó Edmund Gwenn por "De ilusión también se vive".

A punto estuvo Widmark de no interpretar ese rol, ya que el director decidió al principio que era demasiado pulcro e intelectual para dar vida a un tipo de esa calaña, según The New York Times. Pero el por entonces mandamás de los estudios Fox, Darryl Zanuck, convenció al realizador de que Widmark era el tipo idóneo para el papel después de revisar las audiciones que hizo.

Así se convirtió en uno de los actores más representativos del Hollywood posterior a la II Guerra Mundial, en la que no participó, a pesar de solicitarlo tres veces, debido a que tenía un tímpano perforado. Richard Widmark actuó en más de 70 películas a lo largo de más de cuatro décadas en Hollywood, y tocó todos los géneros: desde el western, pasando por el bélico, el suspense e incluso el terror, siendo al final de su carrera una presencia habitual en los repartos de antiguas glorias en algunas de las cintas de catástrofes que llenaron las salas en los años setenta.