Opinión | Sin cilicio

El fenómeno Escena y el fenomenal David

Un imaginativo artista, además de generoso y buena persona

EL ZAMORANO , DAVID MARTIN RECONOCIDO COMO EL MEJOR BAILARIN INTERNACIONAL DE LA COMPAÑIA ADRIAN Y ANITA AMATEUR SALSA , EN LA FOTO JUNTO A SU COMPAÑERA TAMBIEN ZAMORANA MARIA GARRIDO

EL ZAMORANO , DAVID MARTIN RECONOCIDO COMO EL MEJOR BAILARIN INTERNACIONAL DE LA COMPAÑIA ADRIAN Y ANITA AMATEUR SALSA , EN LA FOTO JUNTO A SU COMPAÑERA TAMBIEN ZAMORANA MARIA GARRIDO

Sin duda en Zamora hay múltiples academias de todo tipo, y también de baile. Y todas ellas de gran calidad. Pero es Escena la que ha pasado a convertirse en un fenómeno social.

Escena es un lugar al que tú puedes ir a aprender zumba, sevillanas, flamenco, moderno y sobre todo bailes latinos.

Aunque eso depende de la edad, claro. Las pequeñinas (casi todas, pues algo pasa con la timidez de los varones desde niños que no se animan a bailar) desde los 3 años van a predanza, y luego según cumplen (años) pasan a danza y a moderno, hasta que acaban el bachillerato o edad afín. Al mismo tiempo, los adultos (pongamos que los mayores de 18) pueden escoger entre todo lo ya citado.

Hasta aquí nada que no sea el pan nuestro de cada día. Pero entonces, ¿por qué decimos que se puede hablar del "fenómeno Escena"? Por su excepcional crecimiento interno (tiene ya, con sólo 10 años, varios cientos de "fieles"). Pero sobre todo podemos definirla como un fenómeno social por su gigantesco crecimiento externo.

La acertada política de su director ha llevado a Escena a estar en todo tipo de acontecimientos, convirtiéndolos, a todos ellos, en éxitos absolutos.

David no sólo es un gran bailarín. Además es un soberbio «emprendedor» y lo más llamativo, es un extraordinario coreógrafo. Un genio de la escena. En Hollywood no tendría precio

Eso por no hablar de sus "cabaldanzas o cabalgatas de baile". Aún recuerdo este año, por navidades o así, un desfile de alumnas de primaria, ESO y bachillerato, unas 300 niñas felices, distribuidas en 3 comitivas, que al recorrer las calles de la ciudad llenaron de asombro a los viandantes que exclamaban: "Pero ¿qué pasa? ¿esto, qué es? ¿quienes son?".

Sin duda esa música tan alegre y desenfadada (que contrasta tanto con otras a las que estamos más acostumbrados). Esos bailes tan animados, rítmicos y modernos. Esos desfiles tan numerosos, vitales y llenos de felicidad. Todo eso, y más que no se expresar, han roto la tradición poniendo sobre el asfalto algo diferente y vitalista.

Abro aquí un paréntesis para dirigirme a vosotros: chavalines, chicos y hombres de pelo en pecho, animaros a romper la timidez e ir a bailar, con Escena o donde sea, que es algo genial para la mente, el cuerpo y el espíritu…. libre.

Y vamos con David Martín, con el fenomenal David. No hace mucho ha pasado de los 30 años. Y a pesar de su extremada juventud ya está disfrutando del 10º cumpleaños de su sueño: tener su propia academia de baile (réstenle a su edad ese 10 y se quedarán asombrados de qué rápido empezó todo).

Como es muy joven, y en Zamora todos somos muy serios, tardarán un poquito en darle alguno de los premios como mejor empresario (o persona) del año, pero lo logrará, porque…

Empezó con el dúo denominado "David y María". Daban clases en el London (el de la calle de la Amargura). Ella sigue bailando, pero optó por su profesión (enfermera) y se tuvo que ir de Zamora al poco de nacer Escena.

David no sólo es un gran bailarín. Además es un soberbio "emprendedor" (desbordado por la demanda de plazas ha tenido que aumentar el número de colaboradores: por cierto todos magníficos) y lo más llamativo, es un extraordinario coreógrafo. Sus shows, de hora y media de espectáculo vibrante, entretenido y distinto, sin repetir coreos, ni canciones, ratifican lo que es en lo suyo: un genio de la escena. En Hollywood no tendría precio. .

Cada año elige nuevas y diferentes piezas para sus espectáculos lo que demuestra que es un imaginativo artista. Además es generoso y buena persona. Para descubrirse.

Por todo esto me he tomado la libertad de escribir sobre algo que no es otra cosa que constatar una agradable realidad para Zamora, que aquí también exista este mundo y esta gente.

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