Edadismo en las entidades bancarias

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Cartas de los lectores

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Como es habitual, los mayores problemas para algunos son, en ocasiones, dificultades menores para otros y no es menos en el caso de los mayores y el resto de población. No fue hasta que, acompañando a mi abuela, una mujer de ochenta y tres años, a recoger la pensión al banco, me enteré realmente de la odisea que significa para las personas de la tercera edad tratar con las entidades bancarias, que poco a poco y con excusas escasamente desarrolladas como el COVID-19, han acelerado exageradamente la "modernización" en los procesos de gestión del patrimonio, haciendo asÍ que nuestros ancianos se vean sublevados a procesos burocráticos complicados y horarios escuetos para administrar su dinero, generando que la retirada de la pensión, por ejemplo, sea tarea imposible. A parte de estas dificultades, también podemos ver como sin apenas darnos cuenta, las oficinas y sucursales de los principales bancos se han idos volatilizado, para avanzar hacia la "digitalización", generando asÍ que aquellas personas de movilidad reducida o nula se vean obligados a realizar desplazamientos largos para una retirada de efectivo.

Por supuesto sin mencionar la "digitalización" obligada de la España vaciada, que se ve abocada a la despoblación y se le retiran los servicios imprescindibles y básicos para el aumento de la demografÍa en zonas mayormente rurales o la retención de aquellos que siguen luchando por una España llena. Finalmente, tras un camino de quince minutos, y teniendo en cuenta el horario en el que Íbamos a ir, cuando logramos alcanzar la sucursal, situada a un kilómetro de casa, pudimos ver un cartel escueto que indicaba que del 29 de agosto al 1 de septiembre el horario se veÍa interrumpido por vacaciones. Así que nos vimos obligados a volver a casa con las manos vacías y, en el caso de mi abuela, las piernas cansadas. Desgraciadamente, vivimos en un sistema que no se preocupa por nuestros mayores y mira hacia el "avance", sin apenas darse cuenta que los que han conseguido que lleguemos hasta aquÍ están sufriendo un receso en sus derechos y en su calidad de vida. Con este artÍculo no me quiero mostrar en contra de seguir adelante con el desarrollo de la tecnologÍa sino que critico el modo en que se está haciendo este "progreso", que desde mi punto de vista no es, para nada, inclusivo con aquellos a los que debemos la vida y las libertades que poseemos actualmente.

Álex Quevedo Gala

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