Opinión | Buena jera

La desunión hace la fuerza

CEOE y Cámara de Comercio inventan en Zamora un nuevo método para prosperar

REUNION ZAMORA10

REUNION ZAMORA10 / EMILIO FRAILE

En Zamora acaba de inventarse un plan que hará furor en el universo internacional. Se trata ni más ni menos que de darle la vuelta a un axioma que, hasta hace poco, se creía que tenía valor universal irrefutable. Me refiero al conocido y famoso “la unión hace la fuerza”. Pues bien, eso es agua pasada, algo obsoleto y ajeno a un futuro brillante, glorioso y abra usted el tarro de los adjetivos y añada el que quiera. Ahora lo que se lleva el justamente lo contrario. O sea, la desunión hace la fuerza; el ejército de Pancho Villa, al poder; cada cual por un lado y el que más chifle capador aunque pierda la sociedad. Eso sí, siempre diremos que fue en beneficio del bien común y que nosotros pusimos todo de nuestra parte, pero, en fin, qué mala suerte, no se logró nada.

Tal parece ser la filosofía que ha inspirado la salida de la CEOE Zamora y de la Cámara de Comercio de Zamora 10. Estaban juntas casi todas las principales instituciones y organismos para trabajar unidas por la provincia y, de repente, desaparecen las dos más relacionadas con el mundo empresarial. Consideran que cada uno puede hacer la guerra por su cuenta y que así nos irá chachi fetén a la plebe y a la provincia. Una maravilla económica que podría aspirar a algún premio Nobel o Princesa de Asturias o ser reconocida por la ONU como premisa básica para el desarrollo armónico, sostenible e imparable de cualquier territorio.

No me extraña que el director de la Caja Rural de Zamora, Cipriano García, se declarara “perplejo” ante la petición de la Cámara de Comercio de un Plan Zamora. A mí me ha sucedido lo mismo, pero el cuerpo me pide no ser tan prudente como él. Sólo le faltó al organismo cameral reclamar que ese plan se llame Zamora 10. Habría hecho ya la O redonda. Se van de donde ya existía, y sigue existiendo, algo muy similar a un conjunto de actividades para el desarrollo provincial y, una vez fuera, lo reclaman. ¿Para que lo elabore ¿quién?, ¿para que lo dirija uno de los suyos?, ¿para que sin alguien que lo dinamice se quede en letra muerta como ya ha sucedido otras veces? Quizás convenga recordarle al señor Oliveira, presidente de la Cámara de Comercio, lo que ocurrió con otro Plan Zamora, ¿puesto en marcha? por la Junta tras la masiva manifestación de miles de zamoranos para pedir inversiones y mayor atención a esta tierra. Aquella movilización puso de los nervios al Ejecutivo autonómico, regido entonces por Lucas, y al PP zamorano. Para enfriar los ánimos la Junta se inventó un Plan Zamora, refrito de refritos incumplidos, y los populares de aquí ratonearon para que algunos organismos dieran la espalda a la protesta. ¿Y cuáles fueron los primeros en traicionar aquel espíritu reivindicativo? Los mismos que, décadas después con Zamora aun más pobre y despoblada, piden otro Plan Zamora tras abandonar Zamora 10 y proclamar a los cuatro vientos que lo mejor para avanzar y progresar es ir desunidos. Ya digo, como el ejército de Pancho Villa.

En vez de aquel “Dinamiza Zamora”, ¿por qué no pensar en “Dinamita Zamora”? Sería un puntazo. Y se ajustaría más a la realidad

Dice también Cipriano García, según recogió este diario el pasado miércoles, que él “se ha perdido en algún sitio, porque he entendido siempre que la unidad es la que tiene que prevalecer; lo sigo pensando exactamente igual que el primer día que empezó Zamora 10”. Se ve que don Cipriano no está a la última, que no sabe todavía que lo de la unión hace la fuerza ya no rige, que ahora lo que pita es andar cada uno por su lado, sin empujar todos en la misma dirección. Tal vez tengan que darle algún cursillo sobre esta novedosa disciplina el señor Oliveira o alguno de los dirigentes de la CEOE que impulsaron la salida de Zamora 10. No estorbaría que a cualquiera de ellos les mandaran un cartel de Fromago, uno de los mayores eventos agroalimentarios, económicos y culturales programados en Zamora, simplemente para que se enteraran de para qué ha valido Zamora 10. Pero me temo que ni siquiera con esa demostración palpable darían marcha atrás. Mantenella y no enmendalla, como en la Edad Media.

Comprobaciones aparte, ardo en deseos de saber que planes, proyectos, iniciativas y demás tienen para esta tierra tanto la CEOE como la Cámara de Comercio. Ya sé que me pueden decir que esa no es su estricta función, que su labor va por otros derroteros, pero, claro, cuando uno abandona una entidad como Zamora 10 alegando lo que se alegó, hay que pasar de lo vaporoso y la crítica abstracta a lo concreto, al “yo lo haría así”. Y conviene buscar un eslogan impactante, que llegue al corazón y a la cabeza del personal. En vez de aquel “Dinamiza Zamora”, ¿por qué no pensar en “Dinamita Zamora”? Sería un puntazo. Y se ajustaría más a la realidad.

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