Estado actual del arte: En una época en la que los trileros parecen personajes del pasado reciente de España y en la cual el guante blanco es la forma más eficaz de llenar la saca sin necesidad de exponerse a las inclemencias del tiempo, siempre hay lugar para reinventar y rizar el rizo: "el timo de la uralita". Este es el nuevo modus operandi para sacarle los cuartos a las ya esquilmadas arcas de la población rural, en aras del medio ambiente y de la sanidad. Las instituciones no solo permanecen impasibles sino que, con sorna, espolean un negocio tan corrompido como una uralita de 50 años. ¿Qué es el timo de la uralita? Se trata de un atraco a mano armada por parte del Seprona, Consejería de Medio Ambiente, Consejería de Sanidad, Diputación y empresas adjudicatarias a la población rural, con el consentimiento de los ayuntamientos. ¡Sin más!

Ubicación espacio-temporal: recientemente el presidente de la Diputación, el señor Maíllo, con su ya archiconocido séquito de expertos de lo superfluo, nos vendía a todos los zamoranos el proyecto Reserva de la Biosfera Transfronteriza "Meseta Ibérica", que nadie, ni siquiera él, sabe lo que es. La gallina de los huevos de oro, que se supone va a ser esta reserva, ha puesto los primeros podridos para que las familias rurales, dos tercios de la provincia, se los coman, como siempre, en crudo y sin derecho a réplica. ¡Por mis "güevos"!

Historia de fondo: durante las décadas de los 70, 80 y 90 la totalidad de las naves industriales, agrícolas, ganaderas y muchas viviendas se cubrieron con tejados de uralita. La mayoría de estos tejados todavía siguen en su sitio, pero la mala calidad del material los ha deteriorado y su renovación, con materiales nuevos, es imprescindible. Hasta aquí todo bien, algo se hace viejo, lo retiras, pones uno nuevo y punto. ¡El muerto a la hoya y el vivo a la olla!

La trama: pero amigo, meter al muerto en el hoyo no es posible. La uralita, por una ley sacada de debajo de la manga por los trileros de guante blanco, no se puede depositar como escombro y es por ello que una empresa adjudicataria te hace las veces a un precio entre 1.000 y 100.000 euros dependiendo de la superficie a retirar. Como es de esperar, el propietario del tejado corre con los gastos, tal cual. Por poner un símil que todos entendamos: es como si un propietario de un automóvil tuviese que pagar al desgüace diez veces el precio de compra para que te lo recoja del garaje. Como ejemplo que cualquiera puede comprobar, está la iglesia de mi pueblo, que del presupuesto total para reparar el tejado (~60.000 euros) la mitad se destinó para pagar el "reciclado" de las uralitas. No faltarán cientos de lectores en la provincia que confirmen el timo en sus propios bolsillos ni miles a los que les acecha. ¡Al loro!

Argumento: la uralita contiene asbesto o amianto, un material tremendamente cancerígeno. Por todos es conocido el caso del colegio pucelano García Quintana, donde se dieron varios casos de cáncer infantil debido a la presencia de este material en la estructura del edificio. Si bien no se ha probado la relación entre el amianto del edificio y los casos de cáncer en los niños, el asbesto está considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como agente altamente carcinógeno, en concreto aumenta la prevalencia de cáncer de pulmón. ¡Científicamente probado!

Desenlace: con media provincia, y por extensión comunidad autónoma, cubierta por uralitas, parece ser que estas solo se convierten en peligrosas en las escombreras: el amianto se filtra, el agua lo arrastra a los acuíferos y el asbesto pasa a ser un "arma de destrucción masiva". Sin embargo, tras décadas de lluvia en contacto con los tejados, el agua es impoluta y no pasa absolutamente nada. Por otro lado, si el amianto lo tienes en el tejado de la casa donde vives, a la Consejería de Sanidad parece no importarle si desarrollas un cáncer de pulmón, pero si lo tiras a una escombrera el Seprona te recuerda sus propiedades cancerígenas con penas que te pueden llevar a la cárcel. Si las ovejas, las vacas o los cerdos han pasado toda su vida respirando amianto de las uralitas en las naves ganaderas, uralitas que no transpiran y gotean (sudan) sobre los animales, y el agente carcinógeno pasa a la cadena alimenticia, tranquilos todos, ¡no hay riesgo! Pero esas mismas uralitas en una escombrera se convierten en un foco de alto riesgo de contaminación medioambiental. ¿En serio?

Conclusión: Con la mencionada Reserva de la Biosfera Transfronteriza "Meseta Ibérica" y su pre-legislación de punto gordo, ya está claro quién va a pagar las "uralitas rotas". Llegará el día en que cagar en el campo estará prohibido. No habrá dinero para una red de saneamiento, pero al Seprona no le faltará última tecnología para mandarte la foto con el análisis genético del zurullo demostrando que es tuyo junto a la sanción estipulada. Basándose en que tu propia mierda pone en riesgo a la biosfera te meterán en el trullo, cuando toda la puta vida el ser humano ha cagado en la biosfera. El siguiente con necesidades de aguas mayores tendrá que defecar en una bolsita debidamente homologada, traerla a casa y meterla en un contenedor también homologado y cuando lo tengas lleno, vendrá una empresa que te reciclará la mierda al precio que le dé la gana y sin factura con la que al menos te puedas dar el gusto de limpiarte después de. De esta manera, tu mierda no contaminará el medio ambiente y protegerás la Reserva de la Biosfera. ¡Manda narices!

Reflexión: No es que nos limiten los servicios básicos, no es que nos pongan trabas administrativas para todo, no es que la pobreza se haya triplicado en las zonas rulares, no es que los tanatorios sean los únicos servicios que se han incrementado en los pueblos, NO, es que ya nos quieren cobrar hasta por cagar en el campo. ¡Como lo oyes!

Nota final: en agradecimiento, el "señoritío" alistano, que nunca ha pacido bajo uralita, honrará al presidente de la Diputación, el próximo 23 de noviembre, con la capa de honras alistana, máxima distinción de la comarca. Como se dice estos días en Méjico a raíz del asesinato de los 43 estudiantes, "ya me cansé"; aquí decimos "¡no estamos cansados, estamos hasta la polla!". ¡Asbestos!