El verano calienta motores e incendian termómetros. Llegado este momento recurrimos a lugares y alimento fresquito, como por ejemplo el gazpacho. Esta sopa fría es la mezcla perfecta junto a la piscina o la playa, el sol o la sombra en una terracita.

Gazpacho Cedida

Es cierto, que el gazpacho no es la única sopa fría que toma protagonismo en el verano, el salmorejo también está muy presente. El tomate, el pepino o la lechuga son alimentos presenytes en la dieta mediterránea y que contienen más de un 90% de agua, lo que provoca rehidratación interna muy necesaria. Además, el gazpacho está compuesto por distintas verduras que aportan importantes vitaminas y minerales a nuestro cuerpo.

De hecho, existen numerosas formas de hacer el gazpacho, como personas hay en una casa, por ejemplo si nos gusta un sabor más intenso debemos utiizar tomates más maduros o en el caso de que queramos que sea más líquido y no tan denso, añadirle mayor cantidad de agua.

Se trata de una de las recetas con mayor tradición y ararigo de nuestro país, por lo que cada persona tiene una forma o receta diferente, pero todos tienen una base común: aceite de oliva, sal, ajo, cebolla, pimiento (verde), pepino, agua, vinagre y tomate. Un conjuto de verduras que aportarán vitaminas y minarales a nuestro cuerpo.

¿Cómo preparamos el gazpacho? ¡Muy sencillo! Primero, troceamos todos los ingredientes (ajo, pepino, pimiento, cebolla y tomate) y les añadimos el agua, la sal, el vinagre y el aceite.

Tras esto, los trituraremos o batiremos en la batitora. Cuando este listo, esto depende si nos gusta más o menos espeso ; más o menos líquido, lo pasaremos por un colador fino. Al pasarlo por el colador, lo iremos moviendo y apretando con ayuda de un cucharón para que la crema se quede sin pieles y semillas.

Por último, lo dejamos reposar en la nevera para que se enfríe bien y, ¡y disfrutar de el!