El verano es una de las estaciones con mayor variedad de fruta deliciosa. El melón y la sandía son los reyes del verano. Estas frutas contienen vitamina C, vitamina A, potasio, magnesio, licopeno y betacaroteno. En definitiva, es una fruta que no puede faltar en tu nevera durante los meses de calor, debido a su abundancia en agua que nos ayudará a estar siempre hidratados. Pero hay muchas más.

Le siguen a la zaga las cerezas, una fruta con un precio superior pero que las iguala en cuanto a sabor y beneficios para la salud. Las cerezas son uno de los alimentos con mayor contenido en melatonina, la hormona que ayuda a regular el sueño. Las cerezas también aportan fibra, estimulan la secreción de unsulina, mejoran la concentración y la memoria, combaten la inflamación muscular, tienen antioxidantes... una lista interminable de beneficios que debes aprovechar este verano.

En ocasiones las cerezas están demasiado ácidas para algunos paladares, pero con este truco conseguirás acelerar su proceso de maduración y conseguir que estén más dulces. Al introducir las cerezas en el congelador, el agua se cristaliza y provoca la liberación de jugos y compuestos naturales, como ácidos y azúcares, resultando un sabor más concentrado y pronunciado.

Mete las cerezas en el congelador entre 24 y 48 horas y obtendrás una fruta deliciosa, con el sabor parecido al de los caramelos ácidos de toda la vida. Una opción más para disfrutar de este delicioso fruto propio del verano que no puede faltar en tu despensa durante los meses de calor.