Deberes en verano, ¿sí o no?

El mundo padre está repleto de defensores del trabajo exigente día a día, pero también de detractores sobre su utilidad real

Una niña hace deberes.

Una niña hace deberes. / Foto de Sarah Dietz

P. O.

Educadores, padres y comunidad educativa no se ponen de acuerdo sobre los deberes en verano. ¿Muchos, pocos o ninguno? Hay tantas opiniones como niños -y padres- pero su utilidad real también supone un objeto de controversia: ¿Son realmente para afianzar conocimientos o para que los niños hagan todo ese trabajo que no ha hecho el profesor en clase? ¿Son cosa de los escolares o los padres deben involucrarse y, si es así, hasta qué punto?

¿Sabes que existe una alternativa?

La investigación dice que el estudiante aprende mejor cuando piensa de forma efectiva sobre la materia que está aprendiendo. Aprendizaje y pensamiento no son dos entes independientes y distintos, si el estudiante piensa para aprender, aprenderá a pensar, y con un el enfoque de aula invertida, se reparte mejor el tiempo de que disponemos para ello. En verao, el padre o madre puede ejercer de "profesor" improvisado pero lo conveniente es dejar que sean ellos los que hagan su trabajo solos, aunque con orientación y ayuda si la necesitan.

Los libros de repaso

Son un material muy fácil de conseguir, aunque en ocasiones su nivel está muy por debajo de lo que han dado en clase. Si optas por elegir un curso de repaso por encima, te encontrarás con el caso contrario: habrá cosas que ni siquiera han dado. Si has seguido el curso de tu hijo de una forma más o menos cercana, puedes hacer tú mismo tres o cuatro ejercicios al día de temas que hayan tocado durante el curso. Puedes elegir cada día una materia o mezclar cada día asignaturas distintas en esas cuatro tareas. No te llevará apenas tiempo y repasarán de forma mucho más divertida.

La flipped classroom: una clase invertida

La idea central es que los estudiantes interactúen con el material introductorio en casa antes de ir a clase. Una de las formas es entregar el contenido básico a los estudiantes al inicio de una unidad a través de un video instructivo que se ve en casa y que reemplaza la instrucción directa; puede ser en formato de animación, de reportaje, de presentación del propio maestro, dependiendo de los recursos disponibles e imaginación del propio profesor; el uso del vídeo en youTube, TV u ordenador personal, tiene ya una motivación añadida para el chico y sobre todo, le permite ver el contenido en el contexto real de uso.

Una alumna de primaria, revisa sus deberes antes de entrar en clase.

Una alumna de primaria, revisa sus deberes antes de entrar en clase. / RICARD CUGAT

Los deberes tradicionales

Los deberes tradicionales, en muchas ocasiones, no ayudan a desarrollar la curiosidad porque se dan sin contexto, son demasiado fáciles o demasiado difíciles o irrelevantes y se convierten en un mero ejercicio de cumplimiento para el estudiante y de control para el profesor: es decir, cubrir expediente que se dice. Por ello, las ventajas de una case invertida parecen claras para el estudiante:

1. Tiene un papel activo desde el inicio, porque la clase se hace con sus dudas y preguntas, y así el tiempo en el aula se usa para "manipular" el contenido con proyectos, investigación, debates y otras actividades interactivas.

2. Desarrolla autonomía porque no depende solo de lo que le diga el profesor para luego reproducir, sino que piensa sobre el contenido y se da cuenta de lo que necesita para profundizar sobre el tema en lugar de meramente reproducirlo o memorizarlo y así poco a poco puede aportar ideas que se le hayan ocurrido durante el visionado.

3. Aumenta su capacidad de comunicación efectiva cuando debe contar al resto de compañeros lo que ha visto de una forma estructurada.

4. Facilita la transición del rol del maestro a una orientación.