Universitarios que miran a los pueblos: el campus rural de Almeida

Tres estudiantes que realizan prácticas en la biblioteca, con los mayores y estudiando el patrimonio local del pueblo sayagués

"Estas zonas despobladas también pueden ser una oportunidad para los jóvenes"

Paola, Enrique y Carmen pasean por Almeida junto al alcalde, Miguel Alejo. |  MIGUEL ÁNGEL LORENZO

Paola, Enrique y Carmen pasean por Almeida junto al alcalde, Miguel Alejo. | MIGUEL ÁNGEL LORENZO

¿Qué puede motivar a tres universitarios la elección de un territorio de la España despoblada para pasar los meses de verano?, ¿Es posible para unos jóvenes talentosos enriquecer su formación en un pequeño pueblo de la periferia?

Paola, Enrique y Carmen tienen claro que Almeida de Sayago puede ser una escuela inigualable. La atención a los mayores y la detección de sus necesidades, la dinamización de la Biblioteca Municipal, y el estudio y divulgación del patrimonio artístico y etnográfico ofrecen todo un campo de estudio y enriquecimiento para estos universitarios acogidos al Programa Campus Rural. Una iniciativa del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en colaboración con el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas y Universidades públicas, que permite que los estudiantes puedan llevar a cabo prácticas en municipios de zonas rurales con problemas de despoblación.

Paola y Carmen en la biblioteca de Almeida. | Miguel Ángel Lorenzo

Paola y Carmen en la biblioteca de Almeida. | Miguel Ángel Lorenzo / Irene Gómez

Paola Bejarano, natural de Béjar y estudiante de Trabajo Social de la Universidad de Salamanca, centrará sus prácticas rurales en analizar y detectar las necesidades de la población mayor, tanto los que se encuentran en la Residencia de Almeida como los que viven en sus casas acogidos muchos al proyecto piloto "Silver Digi", promovido por la Diputación de Zamora, que aplica medios tecnológicos para la atención avanzada.

"Además de acompañarlos y escucharlos, el trabajo de Paula también será detectar las necesidades de estas personas para plantearlas después ante las administraciones con el fin de que queden cubiertas" explica Miguel Alejo, alcalde de Almeida, sobre los objetivos de esta tercera experiencia en el Programa Campus Rural que lleva a cabo el Ayuntamiento.

La vinculación de las prácticas a un proyecto piloto en Zamora como es "Silver Digi" ilusiona especialmente a la joven salmantina, atraída por esta experiencia en la España rural, al igual que sus compañeros de campus.

Licenciado en Historia y Documentación por la Universidad Complutense y alumno de Máster, Enrique García llega de Majadahonda (Madrid) con el bagaje de prácticas y conocimiento de grandes bibliotecas. El universitario conocía ayer por primera vez el que será su espacio de trabajo durante los próximos dos meses y la sensación no pudo se más positiva; como si hubiera descubierto un pequeño tesoro donde desplegar conocimientos y nutrirse de la riqueza y cercanía con los usuarios que ofrece la biblioteca de un pueblo de casi cuatrocientos habitantes que en verano puede superar sobradamente el millar.

Enrique observa los fondos de la biblioteca municipal. | Miguel Ángel Lorenzo

Enrique observa los fondos de la biblioteca municipal. | Miguel Ángel Lorenzo / Irene Gómez

"La idea es ampliar el horario de la biblioteca a las mañanas (ahora abre dos horas por la tarde), colaborar en la organización de fondos y dinamizar el centro con talleres y otras iniciativas, para niños, jóvenes o mayores" explica el alcalde sayagués sobre el cometido de Enrique a lo largo de los dos meses que duran las prácticas del Campus Rural. "Me atrae muchísimo poder aplicar en esta biblioteca rural, actividades que están muy consolidadas en los grandes centros. Es un desafío que me encanta".

Carmen Gil completa este ilusionante y comprometido equipo de universitarios que sitúan su mirada en el mundo rural para realizar prácticas en territorios afectados por la despoblación. A diferencia de sus compañeros, esta madrileña con doble grado de Historia e Historia del Arte por la Universidad de León, amplía sus prácticas a cinco meses. Con la enriquecedora experiencia de otro Campus Rural en la zona de La Cabrera, Carmen tenía claro que iba a repetir. Esta joven historiadora centra sus prácticas en el estudio del patrimonio local para "ponerlo en valor, tanto a través de su difusión como estableciendo visitas guiadas".

El trabajo empieza a dar frutos con la elaboración de un tríptico informativo sobre la iglesia de Almeida. Y se completará con una memoria explicativa sobre rutas y catalogación de fuentes, puentes y pontones como parte del Plan Estratégico Municipal, que establece entre sus objetivos la difusión del patrimonio cultural.

Carmen se confiesa sorprendida por el descubrimiento de la iglesia de San Juan Bautista, donde ha encontrado pequeños tesoros como un lienzo del aprendiz de Velázquez, Juan Carreño de Miranda, pintor de la corte de Felipe IV y pintor de cámara de Carlos II, datado en 1654.

El alcalde de Almeida con los estudiantes del programa Campus Rural

El alcalde de Almeida con los estudiantes del programa Campus Rural / Miguel Ángel Lorenzo

En realidad Almeida y Sayago, una comarca totalmente desconocida para estos universitarios, se adivina como todo un descubrimiento para los estudiantes y a la vez una esperanza para estos territorios despoblados, que no vaciados, se encargan de precisar ellos mismos y el alcalde de Almeida. "Aquí vivimos personas" precisa Miguel Alejo.

Y eso lo tienen muy claro jóvenes sobradamente preparados como Enrique, Paola y Carmen que, lejos de ambicionar una experiencia vital y formativa en una gran ciudad, han optado por un pueblo donde aportar su granito de arena en conocimientos, pero también aprender porque "estas zonas despobladas también pueden ser una oportunidad" defienden.

Los universitarios vivirán además una experiencia de convivencia en una casa compartida que les ha facilitado el Ayuntamiento de Almeida de Sayago. La institución local asume el alojamiento de los jóvenes, mientras que los promotores del Campus Rural aportan una retribución de 1.000 euros brutos mensuales por estudiante, junto a los gastos de seguridad social.

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