La mariposa C-blanca, mimetismo perfecto

En la ciudad de Zamora la encontramos fácilmente en el bosque de Valorio y las riberas del Duero

La mariposa C-blanca, mimetismo perfecto

La mariposa C-blanca, mimetismo perfecto / J. A. H.

José Alfredo Hernández

En el diseño y la coloración de las alas de las mariposas diurnas encontramos reflejadas diversas estrategias para evitar y burlar a sus más temidos depredadores: las aves insectívoras. Una de las más frecuentes es el mimetismo, es decir, la capacidad de una especie de asemejarse a otros organismos con los que no guarda relación o a su propio entorno para obtener alguna ventaja funcional. Y en este arte de aparentar lo que no se es, la mariposa C-blanca (Polygonia c-album) resulta una verdadera maestra, un prodigio de la evolución.

Cuando cierra las alas y nos muestra sus partes inferiores, los tonos y dibujos nos parecen los de una hoja seca, ilusión que también han desarrollado, por cierto, otros miembros de la tribu de los ninfalinos. Pero nuestra protagonista ha ido un paso más allá, perfeccionando la impostura: los bordes de sus alas muestran un contorno intencionadamente irregular, como “mordido”, imitando de este modo no solo el color sino también la forma de la hoja marchita en la que pretende convertirse.

¿Es posible mayor virtuosismo en la fabricación del engaño? Pues parece que nuestra protagonista todavía le ha dado otra vuelta de tuerca. El nombre de "C blanca" tiene su origen en una pequeña mancha blanca que recuerda vivamente en su forma al trazo de esa consonante (para los anglosajones, en cambio, es una coma). La mácula, ubicada en la zona discal de la parte inferior de las alas posteriores, se habría desarrollado con la función de imitar la forma y el color de un hongo descomponedor de hojas secas. Sin duda, la evolución no ahorra en detalles para sustentar la impostura.

Por lo general, este fascinante lepidóptero se halla ligado a espacios forestales con cierta humedad, especialmente los bosques serranos y los de ribera. También aparece en parques y jardines de ciudades y pueblos que reproducen a menor escala ambientes similares a los de los sotos riparios. Condición necesaria para su reproducción supone la presencia de las plantas nutricias de sus orugas, entre las que destacan las ortigas (Urtica spp), si bien consumen además las hojas de otras especies como olmos (Ulmus spp), sauces (Salix spp) o lúpulo (Humulus lupulus).

La mariposa C-blanca, mimetismo perfecto

La mariposa C-blanca, mimetismo perfecto / J. A. H.

La C-blanca tiene una distribución geográfica muy amplia que abarca la práctica totalidad de la región Paleártica: el extremo noroeste de África, casi toda Europa y la zona templada de Asia hasta Japón. En la península ibérica se encuentra muy extendida pero con mayor abundancia en su mitad septentrional. En la provincia de Zamora también se halla bastante difundida aunque falta o escasea en amplias áreas del sur y el este donde no encuentra las condiciones apropiadas para su supervivencia. Igualmente, evita las áreas desprovistas de arbolado de las cotas más elevadas de las montañas. Aunque nunca es abundante, resulta una especie bastante frecuente en su hábitat y podemos disfrutar con su observación en numerosas localidades. En la ciudad de Zamora la encontramos fácilmente en el bosque de Valorio y las riberas del Duero además de en algunos parques y jardines como los del entorno del castillo y la catedral.

Su período de vuelo resulta bastante prolongado. En el caso de la provincia de Zamora puede iniciarse a mediados de febrero y extenderse hasta bien entrado el de octubre. A lo largo de este período se suceden dos generaciones: una primaveral y otra estival. Los miembros de la segunda protagonizan la hibernación, ocultos entre la vegetación, en huecos de árboles, en cuevas o en grietas de muros y viejas viviendas. En los días despejados y apacibles de invierno pueden abandonar temporalmente sus refugios para solearse y sorprendernos con la magia de su vuelo extemporáneo.

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