Las Hedradas abre la “portela” a San Pedro en la Alta Sanabria

Los vecinos sacan en procesión de las imágenes de San Pedro y la Virgen de la Inmaculada

Los vecinos de Las Hedradas abrieron las puertas de la Alta Sanabria para festejar a su patrón, San Pedro, con permiso de la tormenta. Y con esa licencia, el párroco Luis Alfredo Carrión, adelantó la procesión este sábado desde el templo hasta la plaza para cumplir con el acto central del día, la procesión de las imágenes de San Pedro y la Virgen de la Inmaculada. 

Una procesión muy sentida por los asistentes que, desde poco antes de la una entraban al templo, para vivir la celebración religiosa central del día. La festividad de San Pedro también se celebra este fin de semana en pueblos como Valdespino, Villar de Farfón y Sotillo, entre otros de la comarca. 

La banda de gaitas y tambores de “As Portelas” acompañó el recorrido con la marcha del Antiguo reino de Galicia, a lo largo del trayecto. Y recibir la entrada al templo con el himno del Apóstol y la marcha “Procesional de la Catedral de Tuy”, así bautizada por sus intérpretes. As Portelas recibían a los jóvenes tambores que por primera vez debutaban en público con la Banda, en su bautismo musical. 

Gaiteros y percusionistas abrieron un pasillo para que las imágenes entraran con honores en el templo. El párroco en la homilía invitó a los vecinos de las Hedradas a seguir el ejemplo de San Pedro, el primer “Papa” de la iglesia, una iglesia “que fue entregada al hombre” y con las contradicciones de quien negó tres veces a Jesús pero que supo ser “piedra” para edificar el templo. Unas palabras sencillas también del párroco para agradecer esos momentos que los vecinos de Las Hedradas han dedicado para la oración. 

Del Mandil de Carolina a la Rianxeira, así de generoso fue el repertorio de As Portelas para empujar al baile a los vecinos, que no desaprovecharon la música con la que se alegran las fiestas. Los vecinos que viven habitualmente y los que han abierto ya sus casas para las vacaciones o para pasar el fin de semana compartieron un refrigerio con empanadas y embutidos y refrescos para abrir el apetito y coger fuerzas para el juego de bolos tradicional, un deporte recuperado del patrimonio cultural local. Y detrás del deporte, una sesión de baile con la discoteca móvil, con permiso de un cielo tormentoso. 

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