El montaje de los primeros tablones de la plaza de madera de Fermoselle anuncia la proximidad del verano en un pueblo que se multiplica en vacaciones con toda la efervescencia, especialmente en agosto cuando se celebran las fiestas de San Agustín y sus emblemáticos encierros, con 500 años de historia.
En esa tarea de reconstrucción están ya embarcados los operarios del Ayuntamiento de Fermoselle: una auténtica obra de ingeniería a lo largo de dos meses hasta completar el coso y el cierre de todo el recorrido del encierro, este año prolongado hasta el prado.
Más allá de los toros, la plaza de madera ha ganado protagonismo en los últimos años, tanto por su atractivo turístico como por su idoneidad de escenario de conciertos, verbenas, bailes y en general todas las actividades de verano fermosellano.
"El Abuelo" corona el montaje del coso de Fermoselle
"No tenía sentido limitar la plaza a los toros, es un valor para el pueblo que aprovecharemos durante todo el verano" apunta el alcalde, José Manuel Pilo, con cuyo mandato se ha incoado el expediente para solicitar la declaración de la plaza de madera como Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial en la línea de otros cosos como el de Ciudad Rodrigo y para preservar sus valores patrimoniales como singular ejemplo de arquitectura efímera que se monta y se desmonta íntegramente cada año de manera artesanal.
Un montaje perfectamente organizado, tabla a tabla con piezas de negrillo, pino y encina, guiado por la numeración hasta ensamblar con firmeza el conjunto de postes, traveseros, tablones, formas y todos los elementos que conforman la plaza de madera. Son muchas horas descabezándose y ajustando piezas con tornillos y tirafondos, a golpe de martillo como a lo largo de más de un siglo ha venido haciendo la familia Tarabilla, propietaria de la armadura de madera que todos los años alquila el Ayuntamiento como un buque insignia de sus fiestas, y ahora también de la programación cultural del verano.
Este año se va a realizar una modificación en la entrada de la plaza con el fin de ensanchar el acceso para permitir el paso de los camiones que movilizan las grandes orquestas y evitar los inconvenientes de otros años cuando había que desarmar parte de la entrada.
Además, el Ayuntamiento tiene previsto dar un "protagonismo especial a la plaza y a la tradición taurina" a través del "Abuelo", la pieza más antigua del coso. Un tablón de encina de casi tres metros de altura y "unos 200 kilos" que se asienta sobre un soporte de hierro y actúa como eje de la puerta de entrada a la plaza. "En un futuro próximo ‘el Abuelo’ va a desaparecer de la plaza para colocarlo en una vitrina acristalada y en un lugar emblemático del pueblo como un emblema que represente la antigüedad y la tradición de los festejos" confirma José Manuel Pilo.
Una plaza de toros que ya es historia de Fermoselle
Pero de momento, este año "el Abuelo" volverá a su sitio y coronará el montaje del coso de madera, y con ello la transformación del corazón de Fermoselle, para orgullo de sus vecinos y admiración de cuantos visitantes llegan a la villa y pasan por la Plaza Mayor.