Prados excavados a golpe de jabalí en los pueblos de Zamora

Los vecinos de Rosinos de la Requejada piden el control de las piaras que arrasan con cultivos y pastizales

Ganado en los prados de Linareos, en Rosinos de la Requejada, desrtozados. | A. S.

Ganado en los prados de Linareos, en Rosinos de la Requejada, desrtozados. | A. S. / Araceli Saavedra

Si no es por las huellas frescas de los jabalíes, y no demasiado grandes de tamaño, cualquiera pensaría que las excavadoras han entrado a trabajar en los prados de Linareos, en Rosinos de la Requejada.

A la búsqueda de raíces, hongos y lombrices, las zonas de pastizal sucumben al hocico de este voraz omnívoro. Además de los prados, una inspección ocular permite ver su trabajo removiendo la tierra en las antiguas fincas, ahora convertida en robledales y escobales, al igual que en las plantaciones de castaños más nuevas. 

Los vecinos de Rosinos directamente afectados reclaman el control de la población que pone en peligro desde la cosecha de setas y manzanas a la inminente recogida de la cosecha de castañas. Las vacas tienen que compartir los prados con esta fauna que no inspira ninguna confianza. 

Uno de los vecinos que sufre los daños pide "medidas" porque la situación no es sostenible. Después de cebarse en los huertos de la rotonda, de Santiago de la Requejada y el propio Rosinos, vuelven su olfato a los frutos del otoño. La población se ha disparado "antes se veían algunos jabalíes, pero ahora están por todos sitios" señala el informante. Si en agosto un vecino relataba que sacaba los carretillos de cerezas de la finca para evitar la entrada de animales, y que comieran el fruto fuera, ahora es la fauna la que entra a los manzanos. 

Huellas de jabalí en los prados de Linareos. | A. S.

Huellas de jabalí en los prados de Linareos. | A. S. / Araceli Saavedra

"Manzana que cae, manzana que comen los jabalíes" explican en Rosinos. Y lo peor no es que se coman las manzanas del suelo, lo peor es la entrada de los ciervos en los frutales que dañan los árboles. Unas veces por frotar sus cuernos contra troncos y ramas y otras por levantarse a dos patas y tratar de alcanzar todos los frutos a la altura de su cabeza.

"Da igual que cierres la finca" porque encuentran la manera de irrumpir incluso en las inmediaciones de naves y viviendas. No son pocos los propietarios que "hemos gastado más dinero en cerrar las fincas [de minifundio] que lo que vamos a sacar en castañas en la vida" se queja uno de los vecinos. "La cosecha de castañas peligra. Acaban con todo".

En los cotos de caza no hay un control de la especie "vienen cazan cuatro jabalíes y ninguno más" mientras la especie se multiplica de manera exponencial ante la desesperación de los vecinos.

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