Un rebaño con más de 4.000 ovejas de raza castellana desfila desde el domingo por el cordel sanabrés causando a su paso entre la gente una gran sensación. Es una gran cabaña de ovino procedente de los pueblos de Aliste y que trata de completar en estas fechas la trashumancia interior hasta la Sierra Segundera y las zonas de pastoreo de Puente Porto.

Esta riada de ovejas ha sido una auténtica atracción para los turistas. El mar de lana cruzó la travesía de la Plaza del Arrabal y el rebaño fue inmortalizado en "selfis" y teléfonos móviles. Para algunos turistas era la primera vez que veían ovejas, para otros el primer rebaño de su vida, y para contados la primera vez que contemplaban el paso de la trashumancia. Y detrás de tanta estampa pastoril el ganadero Tomás García y sus compañeros alistanos en una de las más sufridas profesiones, y que pasarán dos meses en los puertos de montaña, alimentando el ganado en compañía de varios mastines que tratarán de mantener custodiado el ganado ante la presencia de los predadores.

La Guardia Civil tenía previsto el paso del rebaño sobre las seis de la tarde del domingo por el centro comarcal.

La subida se ha retrasado -generalmente es en la primera semana de julio- porque los pastos alistanos han aguantado aprovechable con tanta tormenta. Y mientras unos abrían debate sobre la preferencia de paso de ovejas sobre turismos por cañadas y cordeles, la trashumancia agoniza porque nadie quiere ser pastor. Se hace mención a que el reconocimiento social contrasta con el postureo de una administración que da premios y organiza festejos pero no se preocupa de limpiar las cañadas ni de recuperar el terreno comido al cordel entre Aliste y Puente Porto, que obliga a los pastores a vérselas y deseárselas para conducir a su gran cabaña hacia los destinos.