"Los mayores necesitan generar comunicación y sentirse todavía útiles"

La directora de la Escuela de Enfermería del Campus Viriato de Zamora, María José Fermoso, participa en el evento de Salud Mental que LA OPINIÓN-EL CORREO ZAMORA celebra este próximo 19 de junio en Benavente. Explicará a los asistentes el proyecto Soliedad, desarrollado por la escuela junto a la investigadora Elisa Sala, y pondrá sobre la mesa aspectos relevantes de la salud mental en los mayores, la problemática del edadismo en la sociedad actual y cómo afectan positivamente las relaciones intergeneracionales, de las que todas las partes salen beneficiadas.

–¿Qué le parece que la sociedad cada vez se preocupe más por la salud mental y no solo por la física?

–Me parece un gran avance, porque es verdad que antes no se le daba tanta importancia, pero ahora se ha visto que tener una adecuada salud mental supone tener una buena salud física y viceversa. Está bien que cada vez se tenga más en cuenta y que la gente sea más consciente de cuidarla. Desde el punto de vista de la atención sanitaria es algo a lo que cada vez se le otorga más importancia. De hecho, en el ámbito de enfermería, la asistencia de especialistas en salud mental denota esa creciente relevancia.

–¿Se trata en el grado de Enfermería la salud mental de alguna manera específica?

–Nuestros estudios son generalistas, pero se imparte una asignatura específica de Salud Mental en el tercer curso de la carrera. Aunque se puede decir que desde primero hay materias que tratan en tema de alguna manera, como es el caso de Fundamentos de Enfermería. Es decir, el asunto se trata, pero de una manera algo más transversal. También hay que destacar que tenemos competencias específicas en torno a la salud mental.

–¿Qué misión tiene la enfermera en el ámbito de la salud mental?

–Tienen una gran labor, tanto en Atención Primaria como Hospitalaria, sin duda. Ofrecen un apoyo importantísimo a pacientes y a sus familias, sobre todo en Primaria, donde puede existir una relación más cercana por parte del profesional, sin olvidar los propios servicios de Salud Mental, por supuesto.

–¿En qué fase está el proyecto Soliedad, en el que participa la Escuela de Enfermería de Zamora?

–Constituye un trabajo fundamental en cuanto a demostrar la importancia de las buenas relaciones para tener una buena salud, tanto física como mental. La evidencia es clara en cuanto a que personas que, a lo largo de su vida, tienen unas buenas relaciones, enferman menos. Ahí están los datos del Observatorio de la Soledad en España: comparando la prevalencia en personas que confiesan sentir esa soledad frente a los que no la sienten, en aspectos como la depresión o la ansiedad, se sitúa en un 40% frente a solo un 7%.

–En este proyecto hay una clara implicación de los alumnos de la escuela, ¿cómo les beneficia el poder formar parte activa de este estudio?

–Es tremendamente enriquecedor, estamos viviendo momentos muy interesantes de parte del voluntariado con estas personas en situación de soledad o que, simplemente, quieren ampliar su círculo de amistades. Las estudiantes manifiestan que hay una reciprocidad, que obtienen beneficios también ellos de parte de las personas mayores. Lo que consigue este proyecto es generar espacios donde las personas se sienten seguras y a gusto, lo que facilita el poder establecer esos vínculos y esas relaciones entre ellas. Como señala Elisa Sala, la investigadora principal del proyecto, con las actividades que se ponen en marcha lo que se busca es que, a la vez que se realizan, dar respuesta a las expectativas que las personas tienen en sus relaciones sociales, porque todos necesitamos tener un apoyo, pero además es que los mayores necesitan ese sentimiento de que se está generando una comunicación con el resto del grupo y que, de alguna manera, están aportando y todavía se sienten útiles.

–¿Qué valoración le merece el desarrollo que está teniendo el proyecto?

–Es una iniciativa diferente a todas, porque está teniendo un gran impacto social sobre las personas y nos beneficia a todos los que participamos. Con las actividades que se programan se empodera a las personas y se descubren como todavía útiles a la sociedad, no solo los usuarios mayores, sino también los propios estudiantes que participan en el proyecto. Es una reciprocidad que enriquece a todas las partes.

–¿También ayuda a los futuros enfermeros a saber tratar con personas que en un futuro próximo serán sus pacientes?

–Es que tienen que saberlos tratar y desarrollar esos valores de empatía tan importantes en la vida y, por supuesto, en la Enfermería. Además, ahora tenemos un grupo importante de voluntarios, una veintena. El voluntariado senior participó más en la primera parte del proyecto, pero ahora mismo es principalmente un voluntariado junior. Por otra parte, estamos dentro del Servicio de Asuntos Sociales de la Universidad de Salamanca, que tiene un programa de actividades intergeneracionales. Inicialmente, fue un proyecto de investigación, más dirigido, pero ahora se va construyendo en sí y las actividades se hacen de forma consensuada, con Elisa Sala al frente, para realizar una programación en la que todos participantes, según lo que sepan y puedan, así que todos salimos beneficiados. El éxito está en que los participantes mantengan esas relaciones, más allá de las actividades del propio proyecto, que será bueno para su salud.