Al grano

Cohete a la nada: Zamora no tiene remedio según el INE, ¿o acaso todavía sí?

Viajeros en el aeropuerto de Barajas.

Viajeros en el aeropuerto de Barajas. / EP

Celedonio Pérez

Celedonio Pérez

La economía española va como un cohete. La frase pronunciada con delectación, gustándose como un torero embraguetado, se la he escuchado en las últimas semanas a Pedro Sánchez y a María Jesús Montero. A mí, aquí en Zamora, me produce indignación. Como vender como un éxito político las previsiones al alza del crecimiento económico. ¿Cómo puede sacar pecho un Gobierno que sabe que todos los años se van de España 120.000 jóvenes en los que el Estado se ha gastado en su educación la intemerata? ¿Estamos perdiendo el oremus? ¿Si la economía va como un cohete, cómo justificar paguitas y dádivas electorales, cada vez más numerosas? Y ahora la previsión demográfica del INE para los próximos quince años. Yo, lo siento, llevo horas llorando porque no tengo arrestos para echarme al monte.

Nunca, creo yo, una provincia, como ahora Zamora, ha tenido tantos motivos para declararse en rebeldía, para proclamar su objeción de conciencia y abogar por crear un estado independiente de la nada. Pero aquí seguimos silbando. Nadie se echa a la calle tras conocer que, según las previsiones oficiales, Zamora perderá, en los próximos tres lustros, otro 8,3% de población, a la cabeza del país en decaimiento que, en contraste y en conjunto, incrementará un 10% su padrón nacional por la llegada de inmigrantes, no porque vaya a crecer el número de nativos.

Le pagamos, junto con el Estado, la formación a nuestros hijos y ahora, como aquí ni en toda España hay trabajo adecuado a su preparación, se van al extranjero. ¿Pero esto no es un claro síntoma de Estado fallido? Mientras, a los dos grandes partidos del país no se le conoce programa de gobierno, más allá del manido lema de que están en que "nadie se quede atrás".

Miren, señores políticos, los zamoranos llevamos toda la vida quedándonos para atrás y ni PSOE ni PP (ni nadie, claro) se han ocupado de nosotros. Hemos regalado a otros lo mejor que teníamos (y tenemos) el capital humano para producir fuera y el territorio para generar energía que consumen en otros lares, principalmente los que se consideran "singulares".

Estamos en plenas fiestas capitalinas de San Pedro, empezando el verano y no es cuestión de que los zamoranos nos hagamos el harakiri en la Plaza Mayor. Yo todavía creo que todo no está perdido y que si, de verdad, hay voluntad aún estamos a tiempo de la redención. Ya sé que es un rollo, que estamos hartos, pero no queda otra, convoquemos una protesta colectiva masiva por todo lo que estamos viviendo como provincia. Nos impliquemos a fondo. ¿Pero quién puede convocar? Ah, esa es otra. Ese es precisamente nuestro peor mal, la desgana y la división. Y por eso también somos culpables de lo que nos está pasando.

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