La Escuela de Arte y Superior de Diseño no ha querido perder la oportunidad de recordar al «más universal de los artistas zamoranos», Baltasar Lobo, en el centenario de su nacimiento. Así lo ha destacado el director del centro Javier Salas, que ha puesto todo de su parte que esta importante fecha quedara reflejada en calendario de los futuros artistas zamoranos.

El primer acto de «reivindicación de la figura de Lobo», como ha definido Salas a las actividades organizadas con motivo de su aniversario, ha sido la colocación en la tarde de ayer de una enorme pancarta diseñada por Leo Pozo, que incluye la escultura «Mujer joven de rodillas», un bronce realizado en el año 1987 por el internacional autor. El lunes 22, coincidiendo con la fecha de nacimiento del artista en la localidad de Cerecinos de Campos, los alumnos de la Escuela de Arte dedicarán su jornada lectiva conocer más acerca de la figura del conocido escultor zamorano.

Los estudiantes visitarán a primera hora de la mañana el Museo dedicado al artista en la Plaza de la Catedral, para continuar con una conferencia sobre el personaje, su vida y su trayectoria impartida por el también escultor Ricardo Flecha. «Alma máter de la iniciativa», según destaca Salas. El director del centro reconoce que el conocimiento del artista «no es muy profundo» y por ello insiste en que esta jornada dedicada a Baltasar Lobo va a ayudar a que «tanto alumnos como sociedad en general sepan y se interesen más por la figura del artista», que falleció en París a los 83 años.

Con motivo de la conmemoración de los cien años del nacimiento de Baltasar Lobo, el museo que alberga sus obras y que está integrado en el entorno del renovado castillo de la capital, abrirá sus puertas el lunes para coincidir con la fecha exacta en la que vino al mundo, en el seno de una humilde familia de las tierras zamoranas.

Lobo pudo ver reconocida en vida su labor como escultor con numerosos premios y galardones internacionales. Sus recorridos por galerías y museos de ciudades como París, Praga, Bruselas, Luxemburgo, Zurich, Caracas o Tokio le confirieron desde los años 70 un lugar destacado dentro de la escultura contemporánea europea, de la que ahora es uno de los máximos exponentes.