“Mi pueblo es más pequeño que este, pero por lo menos se oye algún tractor de vez en cuando, se ve vida”. José Antonio Cordón mira a su alrededor y señala las calles vacías de Justel, un rincón de La Carballeda donde la gente ya puede contar a todos los vecinos de memoria sin hacer un gran esfuerzo. Este hombre riojano, de Aldealobos de Ocón, vive habitualmente en Ermua, pero el coronavirus, su cardiopatía y el trabajo de su mujer zamorana como sanitaria unieron fuerzas para traerle hasta aquí. En marzo hará un año.

El caso de José Antonio no es único. La pandemia ha llenado algunas casas vacías en los pueblos, pero hay muchos jubilados entre los nuevos pobladores. La gente busca protección ante el virus en sitios como Justel, un municipio que ha perdido en el último año 11 de los 75 habitantes que tenía repartidos entre sus tres núcleos. “Nadie pensó que esto iba a caer tanto”, señala Ángel Losada, que ha seguido la evolución desde dentro: antes atónito, ahora resignado.

Una mujer conduce un carretillo en Justel. Nico Rodríguez

El escenario de este pueblo tampoco es aislado. Las comarcas occidentales de la provincia languidecen sin aparente remedio, y presentan cifras que amenazan su propia supervivencia. En el último año, Aliste, Sayago, Sanabria y La Carballeda perdieron entre todas un 2,6% de sus habitantes;el resto del territorio zamorano, un 0,9%. En estas zonas, todavía viven 23.193 personas, pero son 622 menos que en 2019; la pérdida desde 1996 es de 12.597 vecinos. 

En Donadillo, aguanta Félix García. Hasta allí se fue tras quedarse sin trabajo en Bilbao hace ya algunas décadas. Ahora, jubilado y separado, ha cambiado la obligación de las ovejas por el placer de la madera y de los paseos por el monte:“Puedo hacer varios kilómetros al día”, aclara, tras soltar la guía telefónica que consultaba para poder llamar al catastro.

Como muchos de los vecinos de la zona, Félix tiene que buscar también en el mapa para ubicar a sus hijas, que se formaron en Puebla, pero que ya volaron lejos: “Aquí es muy complicado”, reconoce este leonés, que apela a la necesidad de buscar una vida estable, con oportunidades para tener ingresos y forjar un proyecto de futuro. Difícil allí: “Todavía en los pueblos que están más cerca del Lago...”, desliza el vecino.

Félix García, en su casa de Donadillo. Nico Rodríguez

Ya en la zona de Sanabria, en San Ciprián, la mirada al cielo devuelve la claridad de un día luminoso en pleno invierno. El contraste se encuentra al trasladar la vista al suelo. Javier Fernández podría haber perfeccionado su técnica de patinaje al aire libre por las calles de esta localidad.

A primera hora de la tarde, una vecina pasea por una de las zonas más limpias con el apoyo de dos bastones. “Esto va todo unido”, indica, refiriéndose a la despoblación que castiga a la zona y a la presencia de hielo en las calles días después de la nevada. Los lugareños subrayan que un vecino ya sufrió las consecuencias del abandono con una dura caída.

También habla de ese golpe Josefa Sánchez, una dicharachera mujer de 88 años, que echa la vista atrás para recordar lo que ocurría antes en San Ciprián cuando la nieve y el hielo causaban problemas: “Éramos más jóvenes y podíamos limpiar el pueblo entre todos. Ahora, en esta calle somos tres y yo ya no me valgo”, aclara.

En este lugar de Sanabria, “ya casi nadie siembra”, los servicios llegan con cuentagotas y el futuro es una incógnita:“Aquí ya veis lo que hay”, apunta otra de las mujeres del pueblo, Isabel Zurrón, antes de regresar a su casa.

Josefa Sánchez, ante la vista de San Ciprián, en Sanabria. Nico Rodríguez

Unos días antes del temporal, en pleno corazón de Aliste, Ángel y Rafael hacen un diagnóstico parecido de la situación de Viñas. Los dos se han instalado en el pueblo durante la pandemia, y ambos constatan la decadencia de la zona. Pero advierten:“Id al bar, que os dirán mejor”. Allí esperan Carlos y Cristina Alonso, padre e hija. Ella viste una sudadera con un mensaje que parece referirse a la resistencia de los pueblos:“La única lucha perdida es la que se abandona”.

Desde luego, la vehemencia con la que ambos tratan los asuntos de la localidad y del medio rural permite albergar esperanza sobre la pelea por estas zonas. El contenido de la charla ya es otra cosa. Los hosteleros hablan de carreteras y transporte público, de la mala conexión a Internet y de los jóvenes que se quedan. Los cuentan sin confundirse. 

El padre, situado ante el ejemplar del día de este periódico, remarca que “ahora se habla mucho sobre despoblación”, pero advierte de la falta de soluciones reales para las comarcas y llama la atención acerca de la realidad de algunas localidades condenadas. La reacción es difícil en lugares donde el más joven ronda los 80.

José Ramón de Pedro, en una parcela de Villardiegua de la Ribera. Nico Rodríguez

En Villardiegua de la Ribera, en la parte de Sayago, José Ramón de Pedro ayuda a sus padres con la faena. Tiene 19 años, y está allí de paso. Su domicilio familiar se encuentra en Gamones y él ya se ha marchado a estudiar a Zamora:“Sí me gustaría tener una casa en el pueblo, pero lo veo difícil para vivir”, relata. Villardiegua es el lugar de nacimiento de su madre, tiene 114 habitantes y ha perdido 13 en el último año:“Esto todavía tiene algo de vida. Mi zona está peor”, subraya el muchacho. 

Quien no parece caer en el pesimismo es el joven que decidió encargarse del bar de la localidad hace unos meses. Mientras explica que algunos compañeros de generación sí se han quedado por la comarca, un cliente rompe el vacío del local. De fondo, suena Extremoduro:“¡Ay del desánimo, que no puede conmigo!”. 

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Datos de pérdida de población por comarcas y pueblos en el último año

ALISTE: 7.191 (-235)

Alcañices: 1.065 (-11) 

Figueruela de Arriba: 336 (+4)

Fonfría: 750 (-6)

Gallegos del Río: 466 (-24)

Mahide: 316 (-20)

Pino del Oro: 183 (-12)

Rabanales: 501 (-20)

Rábano de Aliste: 353 (-16)

Riofrío de Aliste: 635 (-11)

Samir de los Caños: 172 (-2)

San Vicente de la Cabeza: 357 (-21)

San Vitero: 492 (-24)

Trabazos: 835 (-43)

Videmala: 144 (-3)

Villalcampo: 419 (-13)

Viñas: 167 (-13)

SAYAGO: 7604 (-176)

Alfaraz de Sayago: 125 (-4)

Almeida de Sayago: 437 (-15)

Argañín: 73 (-7)

Bermillo de Sayago: 1.007 (-8)

Cabañas de Sayago: 151 (=)

Carbellino: 179 (-10)

Fariza: 495 (-11)

Fermoselle: 1.164 (-42)

Fresno de Sayago: 161 (-6)

Gamones: 89 (-4)

Luelmo: 147 (-7)

Mayalde: 177 (-5)

Moral de Sayago: 257 (=)

Moraleja de Sayago: 291 (+7)

Moralina: 241 (-7)

Muga de Sayago: 353 (=)

Peñausende: 384 (-1)

Pereruela: 515 (-15)

Roelos de Sayago: 145 (-4)

Salce: 93 (-3)

Torregamones: 253 (-5)

Villadepera: 197 (-1)

Villar del Buey: 556 (-15)

Villardiegua de la Ribera: 114 (-13)

SANABRIA: 5695 (-135)

Asturianos: 260 (-11)

Cobreros: 568 (-11)

Galende: 982 (-22)

Hermisende: 221 (-7)

Lubián: 304 (-3)

Palacios de Sanabria: 230 (+5)

Pedralba de la Pradería: 222 (-15)

Pías: 111 (-2)

Porto: 156 (-22)

Puebla de Sanabria: 1.356 (-17)

Requejo: 149 (-7)

Robleda-Cervantes: 395 (-10)

Rosinos de la Requejada: 348 (-9)

San Justo: 208 (=)

Trefacio: 185 (-4)

CARBALLEDA: 2.683 (-76)

Cernadilla: 119 (+5)

Espadañedo: 111 (+4)

Ferreras de Arriba: 348 (-17)

Justel: 64 (-11)

Manzanal de Arriba: 358 (-6)

Manzanal de los Infantes: 120 (-3)

Molezuelas de la Carballeda: 50 (-6)

Mombuey: 401 (-6)

Muelas de los Caballeros: 176 (+4)

Otero de Bodas: 150 (-5)

Peque: 127 (-3)

Rionegro del Puente: 260 (-18)

Villardeciervos: 399 (-14)

Habitantes que pierden los pueblos en el último cuarto de siglo (porcentaje por comarca)

ALISTE: 7.191 (-4.268) (-37,2%)

Alcañices: 1.065 (-164) 

Figueruela de Arriba: 336 (-255)

Fonfría: 750 (-476)

Gallegos del Río: 466 (-477)

Mahide: 316 (-286)

Pino del Oro: 183 (-62)

Rabanales: 501 (-434)

Rábano de Aliste: 353 (-168)

Riofrío de Aliste: 635 (-500)

Samir de los Caños: 172 (-90)

San Vicente de la Cabeza: 357 (-318)

San Vitero: 492 (-306)

Trabazos: 835 (-168)

Videmala: 144 (-82)

Villalcampo: 419 (-336)

Viñas: 167 (-146)

SAYAGO: 7604 (-4.104) (-35%)

Alfaraz de Sayago: 125 (-103)

Almeida de Sayago: 437 (-259)

Argañín: 73 (-52)

Bermillo de Sayago: 1.007 (-542)

Cabañas de Sayago: 151 (-68)

Carbellino: 179 (-106)

Fariza: 495 (-256)

Fermoselle: 1.164 (-618)

Fresno de Sayago: 161 (-138)

Gamones: 89 (-17)

Luelmo: 147 (-133)

Mayalde: 177 (-69)

Moral de Sayago: 257 (-155)

Moraleja de Sayago: 291 (-17)

Moralina: 241 (-152)

Muga de Sayago: 353 (-188)

Peñausende: 384 (-241)

Pereruela: 515 (-254)

Roelos de Sayago: 145 (-32)

Salce: 93 (-74)

Torregamones: 253 (-91)

Villadepera: 197 (-98)

Villar del Buey: 556 (-373)

Villardiegua de la Ribera: 114 (-68)

SANABRIA: 5695 (-2645) (-31,3%)

Asturianos: 260 (-109)

Cobreros: 568 (-306)

Galende: 982 (-434)

Hermisende: 221 (-93)

Lubián: 304 (-93)

Palacios de Sanabria: 230 (-146)

Pedralba de la Pradería: 222 (-110)

Pías: 111 (-144)

Porto: 156 (-207)

Puebla de Sanabria: 1.356 (-383)

Requejo: 149 (-81)

Robleda-Cervantes: 395 (-78)

Rosinos de la Requejada: 348 (-200)

San Justo: 208 (-188)

Trefacio: 185 (-73)

CARBALLEDA: 2.683 (-1.580) (-37,1%)

Cernadilla: 119 (-40)

Espadañedo: 111 (-109)

Ferreras de Arriba: 348 (-215)

Justel: 64 (-124)

Manzanal de Arriba: 358 (-153)

Manzanal de los Infantes: 120 (-72)

Molezuelas de la Carballeda: 50 (-80)

Mombuey: 401 (-98)

Muelas de los Caballeros: 176 (-68)

Otero de Bodas: 150 (-141)

Peque: 127 (-127)

Rionegro del Puente: 260 (-167)

Villardeciervos: 399 (-186)