Fue un regalo prenavideño en forma de 'flashmob'. La Valenciana Shocksorprendió a los viandantes que paseaban por la plaza de Sagasta con una coreografía de Navidad bailada al unísono por cerca de doscientos alumnos de la escuela de danza moderna Funky Fushion.

Los helados, batidos o turrones Heritage quedaron aparcados durante unos minutos para dar protagonismo al ritmo y al baile en plena calle. Se trataba de contagiar el espíritu navideño y para ello desde niños desde cinco años hasta mujeres de más de cincuenta llevaban un mes y medio ensayando una coreografía con la que obsequiar a los zamoranos.

Fueron ocho minutos de reloj y muchos se quedaron con ganas de más pero ese tiempo resultó suficiente para causar impacto entre los paseantes, dibujar una sonrisa en su cara y arrancar un sincero aplauso. De esta forma, La Valenciana Shock quiso despertar sentimientos navideños con los que devolver en estas fechas parte del apoyo que recibe durante todo el año de los zamoranos. Y para ello echó mano de una academia de danza moderna que, con Chus Bartolomé al frente, enseña los ritmos más bailables en el local de la bajada de los Tres Árboles, junto al centro de piragüismo. Allí, asisten a clases de funky niñas, niños, adolescentes y jóvenes agrupados por edades, así como adultos que aprenden a bailar zumba. Todos ellos pasaron el examen navideño con un sobresaliente que otorgó el público con sus aplausos.

Coordinados, bailaron un mix de Navidad y funky que se inició con la pegadiza canción de Feliz Navidad, continuó con Martin Garrix, una canción navideña a ritmo de hiphop y concluyó con Mariah Carey. Tras el éxito del 'flashmob' llegó el momento de que las bailarinas y bailarines lo celebraran, se quitaran su gorro de Papá Noel y se relajaran disfrutando de una nueva ShockExperience, esta vez en forma de batido o helado, bien fuera de limón ilusionado, chocolate extrovertido o fresa enamorada.