San Juan de la Cuesta culminó ayer el acto de hermanamiento con la ciudad de Parera, situada en la región de la Pampa Argentina. En un acto sencillo pero entrañable, vecinos y veraneantes estrenaron, en el centro de la fuente, una placa de granito con letras en bajo relieve talladas a mano donde refleja el nombre de los dos pueblos, en los extremos del Atlántico, ahora unidos. El brindis para festejar esta fiesta se hizo con la bebida típica de la zona de La Pampa, el mate, elaborada de plantas aromáticas parecidas al té, aunque en San Juan se endulzó un poco. El producto nacional fue en esta ocasión el embutido de la tierra.

Los preparativos se iniciaron hace más de un año, cuando el alcalde pedáneo de San Juan de La Cuesta, Andrés Gago Centeno, el 10 de febrero de 2010 remitió a Juan Carlos Olivero, Intendente de la Municipalidad de Parera, una carta donde explicaba que buena parte de los vecinos de San Juan de La Cuesta emigraron a principios de siglo hasta ese lugar de Argentina, donde se afincaron buscando un futuro y nuevos horizontes. Unas ocho familias tienen lazos familiares a ambos lados del océano, además de ser de los primeros emigrantes que se trasladaron a Parera, una ciudad que tendrá poco más de un centenar de años desde su fundación.

Con anterioridad la familia Gallego Ramos visitó la ciudad de unos 4.000 habitantes donde aún viven los descendientes de sus parientes. La emotividad fue tan grande, cono relataban ayer las hermanas María Luz Gallego y María Luisa Gallego, que cargaron el equipaje de regreso con el cometido de unir a los dos San Juanes.

Los apellidos como Sotillo, Centeno, Monterrubio, Barrios, Gallego, Losada saltan de un continente a otro con plena familiaridad. Las familias han conservado «la gaita zamorana y los refranes y los dichos sanabreses», decía uno de los vecinos.

El Concejo Deliberante de Parera dictó la ordenanza, concretamente la número 11-2010, donde «sanciona con fuerza de ordenanza» el hermanamiento un 17 de mayo de 2010. La ciudad argentina también tendrá una placa donde se refleje el hermanamiento de los dos pueblos. El considerando del Concejo argentino rememora que «muchos de nuestros antepasados fueron originarios de dichas tierras, de las cuales partieron buscando nuevos horizontes, encontrando en nuestro pueblo el lugar para concretar sus sueños».

Esta es la parte administrativa, pero falta la parte afectiva que ayer explicaban las hermanas Gallego. María Luz explicaba su viaje a Argentina y «le dijimos al alcalde que había muchos descendientes de San Juan en Parera». Un pueblo que en sus orígenes vivía de la agricultura y la ganadería.

Otro de los vecinos, Ángel Núñez, recordaba que en Parera hay un museo instalado en un antiguo edificio de la estación del tren -ya desaparecido- que recoge los objetos que ha recopilado un amigo llamado Omar. «Cuando le dije que era de San Juan no se lo creía. Saqué el DNI, se lo enseñé y le hizo tanta ilusión que lo escaneó para el museo».

A un joven de Parera de 24 años y recién licenciado su familia le ofreció como obsequio «un coche o viajar a España a conocer a la familia y eligió el viaje a España». Clara Martín cuenta esta vivencia porque el joven se dedicó a viajar para conocer a su familia repartida por diferentes ciudades españolas, e incluso visitó San Juan. El joven argentino se encontró con una de las mejores sorpresas «conoció a varios vecinos que estaban presentes el día que su abuelo salió para Argentina». María Luisa Gallego cuenta que el día que viajaron para encontrarse con la familia de Parera, dos autocares de familiares salieron desde la ciudad hasta Mendoza para recibirlos «los abrazos que nos dimos nos transmitieron tanto cariño, que los llevo grabados en el corazón. Ese cariño y esa hospitalidad no se me va a olvidar nunca». Esa amistad queda desde ayer grabada en granito en una pequeña placa, integrada ahora en la fuente del pueblo.